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Lo que pudo haber sido...
Fecha: 02/03/2021, Categorías: Gays Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos
... mano. —Probablemente con más – en ese momento, su cara era un mar de confusión. Me miró extrañada. —Cuando me enteré de eso me dolió mucho – comencé – Me enojé, me frustré y me sentí bastante mal. Independientemente de tus razones (las cuales, espero alguna vez me confieses), me ardí y me sentí mal como hombre. No sabía si era por ser un mal amante, por no tener tiempo, por nuestras constantes peleas o porque eres una verdadera zorra. Quizá todas las anteriores, quizá ninguna. —Soy una zorra – admitió, pero al instante la callé con una cachetada fuerte y un autoritario “shhh”. —Sabes que soy un pervertido. Conoces mi lado oscuro y sabes que es muy, muy oscuro y retorcido. – continué con una mirada atenta por parte de Elena – Sabes de mi amor por la lectura y que siempre he estado leyendo relatos eróticos. Leyendo, me topé con algunos relatos que, sin darme cuenta me excitaron; sin embargo, no me di cuenta qué tanto, hasta que tú misma, me confesaste los cuernos. Para mi incredulidad, me excité. Eran relatos de infidelidad consentida. —¿Cómo? – me preguntó completamente perdida —No lo sé, pero me excité. Para serte honesto, había dos cosas dentro de mí. En primer lugar, el dolor, la humillación, la mentira y falta de respeto ante el hecho. En segundo lugar, precisamente esa humillación hacia mi persona y puterío de tu parte, eran lo que me excitaban. Mucho, mucho. —Estás loco Pablo – me dijo y me soltó y se separó de mí. No alcanzaba a distinguir qué ...
... sucedía por su mente. —Es en serio Elena – la alcancé y volví a colocar su mano en mi pene – Siente lo duro que estoy. Siente como crece más y se pone más duro con la sola mención. Es neta. No me agrada, pero me excita muchísimo… Te reitero, soy un maldito pervertido. Así que… ¿qué me dirías si te digo que quiero que me engañes… otra vez? —¡No mames, estás completamente chiflado! – me regañó negando rotundamente con la cabeza - ¡No te creo! —¿Lo harías? – le pregunté – Aunque eso no es todo… —¡Ja! ¿Acaso hay más? – me preguntó con sarcasmo —Para que se haga bien, tengo que poner reglas y no se te debe de olvidar que el que manda aquí, soy yo. – sentencié – Además de que, va a haber un castigo… —Eso ya me está agradando más – me miró y sonrió después de no hacerlo durante un buen rato. Volvió a tomar mi verga y a masturbarme. - ¿Cuáles son las condiciones? —Lo estuve pensando mucho. Le di muchas vueltas… —No divagues y dilo ya – me ordenó. Sonreí. A veces divago. —Quiero que seas completamente honesta conmigo. No quiero que te guardes absolutamente nada. Quiero saberlo todo y con detalle. Eso sí, sólo debe de ser sexo, nada de enamoramientos. Si comienzas a sentir algo por alguien, lo dejas, sí o sí. También, te prohibiría que fuera alguien que conozcamos. Nadie que yo conozca. Prefiero evitar algún pleito o grosería de parte de ellos. Por lo demás, me da igual con quién o con cuántos quieras meterte. —¡Oye! – me recriminó —Aun no termino – le corté ...