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Lo que pudo haber sido...
Fecha: 02/03/2021, Categorías: Gays Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos
... interpretar. Avisé a mi amigo que me retiraba al hotel y él no me lo reprochó. Me disculpé con la banda con un pretexto tonto y salí del gentío para tomar un taxi. Nos hospedábamos en el Hotel Novomar, que estaba a una media hora de Boca del Río. Ni siquiera me di cuenta cuando llegué al hotel. Pagué al taxista y cuando estaba en las puertas del hotel, por casualidad giré la cabeza hacia la calle y… también la vi bajar de un taxi. Segundos después nuestras miradas volvieron a cruzarse. ¿Qué probabilidades hay de que un rayo vuelva a caer en el mismo árbol? Ella se quedó parada, sin saber qué hacer, al igual que yo. Quería hablarle, pero no sabía que decirle. Quería abrazarla, besarla. ¿Cómo? Instintivamente intenté cruzar el camellón que nos separaba, cuando un taxi pasó lentamente, dejándome escuchar una canción que siempre me hace recordarla. “Bienvenida” de Fernando Delgadillo sonó durante unos breves instantes y nuevamente nuestras miradas se cruzaron. Inverosímil, completamente improbable, pero, aun así, cierto. Cuando la hube alcanzado, me detuve justo a tiempo antes de besarle los labios. Fue una reacción natural y como un resultado de la costumbre. Pero, como dije, me detuve justo a tiempo. —¿Estás en éste hotel? – me preguntó tras unos angustiosos segundos de silencio. —Sí, ¿tú también? – respondí —Si – me afirmó completamente anonadada. Soltó una risa sarcástica – Genial —Qué curioso, ¿no? – solté sin saber qué decir. Un silencio incómodo nos ...
... invadió mientras nos veíamos sin vernos. Poco después intenté romperlo – Mira, sé que las cosas… —Si me pidieras que regresara contigo, lo haría sin dudarlo… - me soltó con la mirada baja. Recuerdo que abrí demasiado los ojos ante aquella declaración. Sorprendido no supe que contestar. Sabía el peso de su declaración. Entendía lo mucho que le había costado expresarlo. Estaba consciente lo que implicaba. Yo la había engañado con su hermana. ¡Con su propia hermana y no sólo eso, sino que ella misma y sus padres nos habían descubierto cogiendo en su propia casa! Y aun así ella me afirmaba que quería regresar conmigo. ¿Por qué? —No mames, ¿es neta lo que me estás diciendo? – le solté tras un rato negando con la cabeza —Sí, es neta – afirmó jugando un poco con sus manos, pero mirándome a los ojos – Sé que hoy no, ni mañana, pero quizá en algún momento... – dijo un tanto para sí y otro tanto para mí. Personalmente, nunca creí merecer tal muestra de amor, de perdón y de entrega. Yo la había lastimado profundamente… más aún, la traicioné. Pero ella quería seguir conmigo. ¿Quién soy yo para que…? Había vuelto el silencio, más intenso que antes. Tan denso que habrías podido untarlo en un pan y comértelo. Hay silencios que ni las palabras pueden ahuyentar. Cinco, quince, treinta o sabrá Dios cuántos minutos después, ella se movió y se dirigió hacia el hotel. —Perdóname – le solté poco antes de que se alejara demasiado y casi al borde de las lágrimas —Ya lo hice, ...