1. Diario de un padre VI (Liam, la sobrina preferida)


    Fecha: 02/03/2021, Categorías: Jóvenes Autor: xverzo, Fuente: RelatosEróticos

    ... emocionada y asustada. Llevaba un cachetero negro ajustadito y de encaje que también deslicé hacia abajo, mi mirada permanecía en su cara mientras lo hacía, sonreía un poco para que ella entrara en el juego y por ratos me encantaba esa actitud permisiva como de quien disfruta ser abusada. Ya sin nada que la protegiera cintura para abajo, pasé mi lengua desde la parte interior del tobillo, subiendo rápidamente hasta sus muslos deteniéndome un poco hasta llegar a su vaginita: el paraíso. Parecía tener ese olor a fresa tan esparcido en todo el cuerpo, que apenas mis labios entraron en contacto con aquella vaginita suave, depiladita con minucioso detalle, cuidada con cremas tal vez, humeda… sentí estar lamiendo un delicioso majar de fresa o melocotón, con mi lengua hundida entre esos labios, jugando con la entrada de su conchita, totona, cuquita o como le quieran llamar, sentía que ella se movía al ritmo de mi lengua, todo su cuerpo era un instrumento conectado con mi lengua que cada vez se adentraba más, saboreaba sus juguitos que empezaban a abundar, se dilataba, mi lengua entraba empujada con fuerza y ella apretaba mi cabeza entre sus muslos y me encantaba. Mis manos se aferraban a sus muslos, llevaba rato arrodillado al borde de la cama, sentía mojada toda la boca y aun así, con mi lengua ya dentro de ella, movía mi cabeza en círculos mientras mi lengua se movía frenética, sentía cómo estaba de apretadita pues aun así de mojada, tenía que hacer fuerza en mi lengua para ...
    ... moverla y en un momento que soltó mi cabeza de sus muslos escuché que gemía fuerte y me levanté como resorte a taparle la boca la miré sin decirle nada y enseguida supo por qué lo hacía. No me había dado cuenta pero mientras le tapaba la boca, mi cuerpo había quedado entre sus piernas que ahora me rodeaban la cintura, con mi verga ya dura, abultando el short largo que cargaba y bajo mi mano sentía vibrar sus gemidos todavía, antes de preguntarme por qué gemía sentí su conchita restregarse contra mí, sentí la puntita de la verga mojada y consecutivamente en resto del tronco… En un impulso como el de antes explicado con caballos, mi mano bajó y sacó mi verga reluciente, con la puntita hinchada que pasé desde su ombligo hasta la entrada de su vaginita brillante de saliva y jugos. Ella mordió mi mano fuerte, en la parte carnosa de la palma, volvió a poner esos ojos de piedad, piedad que no tuve pues comencé a penetrarla tan fuerte como su mordisco. Así como sus dientes me apretaban la mano, sus piernas apretaban mi cintura contra ella y yo, apoyado con mis pies todavía en el piso y sus nalgas rebotaban en el borde de la cama con cada embestida subía y bajaba prendida de mí con sus piernas.
    
    Mis ojos siempre estuvieron sobre su cara, sobre sus ojos mientras que con la otra mano (la que no tapaba su boca) fui desabotonando su blusa y desanudaba el lazo al ras de su ombligo. Le seguía dando fuerte, ella tenía sus dos manos agarrando el brazo que le tapaba la boca, se aferraba a él y sus ...
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