1. La orgía que me transformó en mujer


    Fecha: 02/03/2021, Categorías: Confesiones Autor: rubyg, Fuente: CuentoRelatos

    ... Sergio, que no se perdía detalle con su cámara. Me sentía feliz.
    
    Poco después, Alberto inundó mis entrañas con su leche y se acercó para que limpiara su colita arrugada. Juan ocupó su lugar y nuevamente fue el más rudo de todos. Por suerte, a Juan no le importaba que mi culo estuviese manchado de semen, de modo que esta vez estaba más lubricada. Además, como ya me habían follado dos veces, mi culo ya estaba suelto y aunque la polla de Juan era tan grande como la de Pedro, no me dolía tanto como antes y pude disfrutar mucho más. Mi colita, pequeñita otra vez desde que me corrí con Alberto, se sacudía violentamente con cada fuerte embestida de Juan. Sergio, que seguía masturbándose mientras grababa, acercó su pene a mi cara y con un gemido vertió su leche sobre mi frente y mi mejilla derecha. Esta vez no me limpié, me gustaba la calidez de su semen, me gustaba sentirme sucia. Eso hizo que mi colita se levantara otra vez. Limpié con mi lengua el pene de Sergio mientras él me felicitaba por ser tan puta. Juan seguía follándome cada vez más fuerte hasta que por fin se corrió. Su carga era mayor que la de los demás, de ...
    ... algún modo pude notarlo, se sintió genial.
    
    Cuando sacó su polla de mi culo, Juan me volvió a subir mis braguitas.
    
    –Quiero que te quedes con eso dentro –dijo.
    
    –¡Mira cómo has puesto mi sofá! –Gritó Pedro señalando la mancha de semen de mi corrida– ¡Límpialo ahora mismo!
    
    Mi pene era el único que aún se mantenía firme, así que mientras lamía el frio semen que derramé sobre el sofá, froté mi colita hasta que una pequeña corrida saltó sobre mi vientre.
    
    –¿Cómo te sientes? –Sergio seguía grabando.
    
    –Satisfecha. –contesté– Satisfecha y feliz.
    
    –Entonces, ¿lo harás otra vez? ¿serás nuestro vertedero de semen?
    
    –Siempre que queráis.
    
    Desde aquella noche, los chicos siempre me invitaron a salir con ellos, a condición, por supuesto, de que acudiera vestida de mujer y dispuesta a ser usada a placer.
    
    Y así fue, damas y caballeros, cómo descubrí los placeres de ser observada con lujuria por desconocidos, de ser tratada como una mujer y de ser la putita de mis amigos. Deseo de corazón que este relato os haya entretenido y me excitará saber que mi historia te ha servido para masturbarte. Con cariño, Paula. 
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