1. Enseñandola a quererse


    Fecha: 04/03/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ¿te acuerdas Nuri, que eras la envidia de todo el pueblo?
    
    …………..
    
    Nuria se limitaba a soltar una risita fingida de vez en cuando y a asentir mientras por dentro un dolor empezaba a subirle desde el estómago hasta la garganta provocándole unas inmensas ganas de llorar. Se excusó diciendo que no se sentía muy bien y se fue a su casa a descargar su llanto. Esa noche era domingo y ganó al fútbol el equipo de Antonio. La montó sin que ella tuviera ánimo ni para contar hasta veinte.
    
    La mañana siguiente, Nuria la pasó como en una nube de tristeza. Su matrimonio era una mierda y el patán de su marido ni siquiera se esforzaba por mejorarlo. Se le saltaban las lágrimas al pensar en Antonio montándola como a una masa inerte. Le alivió mucho que a media mañana llamara diciendo que no iría a comer, no le apetecía estar con él.
    
    Un poco antes del medio día llamaron a la puerta. ¡Mierda! ¡Lo había olvidado! Hoy su hermana se iba al pueblo vecino a visitar a una amiga de la infancia y su sobrino comía en su casa. Este año, su sobrino había sufrido la mayor transformación que ella recordaba en él. Se había transformado definitivamente en un hombre.
    
    Julio era un chico bastante guapo, o por lo menos a su tía se lo parecía. Acostumbrada a ver siempre a los chicos del pueblo, le llamaba la atención el modo de vestir de su sobrino y ese olor a colonia masculina. Se notaba que era un chico que se cuidaba. Pero lo que más le gustaba de él, era el interés que este mostraba cuando Nuria ...
    ... le hablaba. Estaba acostumbrada a que su marido le dijera que no decía más que tonterías y le extrañaba que Julio se mostrara tan atento a lo que ella pudiera decir. No obstante, a pesar de todo esto, Nuria nunca había visto a su sobrino como un objeto de deseo.
    
    hombre Julio! Perdona pero no me acordaba de que hoy no comías en mi casa y ni siquiera he preparado comida…..como Antonio tampoco come aquí iba a hacerme cualquier cosilla.
    
    No te preocupes tía – dijo esto besándola en la mejilla a modo de saludo – si quieres me voy y como en mi casa…
    
    Anda ya! Entra y ya haré un par de huevos fritos!
    
    Comieron hablando de trivialidades, Nuria estaba un poco ausente y eso no pasaba desapercibido a los ojos de Julio, a menudo perdía el hilo de la conversación. Quitaron la mesa entre los dos y se sentaron a tomar un café.
    
    Tía, ¿no me vas a contar lo que te pasa?
    
    No me pasa nada, es que estoy un poquito cansada
    
    Venga ya! No me tomes por tonto! Te crees que no me he dado cuenta cuando he entrado que tenías los ojos enrojecidos?
    
    No es nada, de verdad, son tonterías mías
    
    Lo que quieras tía, no me lo cuentes, pero no me gusta verte así.
    
    Siguieron tomando el té en silencio, pero ya no pudo evitarlo, una lágrima caía de su mejilla a la taza del café tras la cual pretendía ocultarse.
    
    es que…..nunca me he corrido - ¿por qué habría dicho eso? Estaba claro que su vida sexual no le incumbía a un niñato de 20 años.
    
    Julio se quedó perplejo. Ni siquiera esperaba ya que ...
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