1. Enseñandola a quererse


    Fecha: 04/03/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... le contara lo que le pasara y, menos aún, que le hiciera ese tipo de confesión. Se quedaron mirando un instante tras el cual Nuria bajó la cabeza y empezó a sollozar.
    
    perdona, ….yo…..yo no tenía que haberte dicho eso……perdona….no te interesa.
    
    Tranquila Nuria – nunca antes la había llamado por su nombre de pila – me interesa todo lo que te pase – se había acercado a ella y le había empezado a acariciar el pelo - ¿es que con el tío Antonio nunca….? – movimiento negativo con la cabeza como respuesta - ¿y tu sola…? – de nuevo un movimiento negativo – pero supongo que ya lo habrás intentado… - tercera negativa.
    
    Las caricias en el pelo pasaron a ser caricias en la espalda y la otra mano, la depositó encima de la mesa y la depositó en su muslo por debajo del fino vestido veraniego que ella normalmente se ponía para estar en casa. Ella dio un respingo.
    
    shsss, tranquila, shsss – iba avanzando con su mano hacia su entrepierna mientras la calmaba con su suave voz. Ella sollozaba, pero no oponía resistencia – pues tu marido está gilipollas, eres una mujer preciosa.
    
    La mano que antes le acariciaba la espalda había pasado a su escote y ahora le estaba acariciando un pecho. Nuria nunca llevaba sujetador para estar en su casa. Se sentía más cómoda. Julio le bajó un tirante y le sacó una teta mientras lo amasaba con cuidado.
    
    Julio, esto no está bien…
    
    Shsss…..lo que no está bien es que el inútil de tu marido no sea capaz de cuidarte un poco. Te voy a enseñar a ...
    ... tocarte.
    
    Las manos de julio la tenían hipnotizada. Iba despacio, como tanteando el terreno, pero ella no oponía resistencia, así que siguió avanzando hasta topar con sus braguitas. Empezó a acariciarle la vulva por encima de ellas.
    
    Nuria, tienes que aprender a acariciarte, no es nada malo darte placer. – seguía tocándole por encima de las bragas mientras le hablaba al oído. Ella escondía su cabeza, abandonada al placer que estaba empezando a sentir y que le avergonzaba, notaba una incipiente humedad en su entrepierna. Sus pezones se habían puesto ya duros con las caricias que Julio le aplicaba – eres una mujer muy hermosa y todavía joven, no puedes enterrar tu placer.
    
    Con la ayuda de sus dedos, Julio retiró las braguitas poniendo el sexo de Nuria al alcance de sus manos, lo que le permitió poder introducir superficialmente sus dedos en la hendidura de su sexo y comprobar que éste empezaba a segregar fluidos. Empezó a extenderlos por los labios con un suave masaje, lo que a su vez aumentaba la segregación de líquido vaginal. Nuria empezaba a sentirse rara, con un cosquilleo en el estómago que nunca antes había tenido, era una mezcla entre excitación y culpabilidad. Lo que estaba haciendo estaba muy mal, era una mujer casada y debería de comportarse más decentemente, pero….se sentía tan bien bajo las manos expertas de Julio que abrió un poco más las piernas para facilitarle a éste el acceso.
    
    Esto es lo que quiero que hagas cuando estés sola en tu casa y te apetezca tocarte ...
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