La carta, el fin de un amor (Parte 3 de 3)
Fecha: 29/10/2017,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos
... entender, yo ya había pagado y que no tenía por qué volver a portarme como puta y él solo hablaba de que no quería que yo volviera a pisar la empresa, si acaso era tonta que no me daba cuanta a lo que lo exponía.
Parecíamos hablar en distintos idiomas, es que ambos largábamos palabras pero ninguno las escuchaba.
De pronto el dio un puñetazo sobre el escritorio, se paró, fue hasta la puerta y le echó llave, volvió, llamó a su secretaria por intercomunicador y le dijo que no lo molestaran por ningún motivo, que estaría ocupado.
Colgó, se levantó y vino a mi lado para tomarme fuertemente por el brazo, obligó a que me incorporara, corrió unos papeles de su escritorio como buscando lugar, me empujó sobre el haciendo que me sentara, era todo demasiado rápido…
Se metió entre mis piernas, sus manos aferraron mis muslos desnudos, protesté
Pará Dardo… estás loco? qué piensas que vas a hacer…
No voy a parar, adoro las putas como vos, y se lo que quieren, por eso te voy a dar lo que mereces…
No… no….
Traté de resistirme con poca convicción, ese loco forcejeo me excitó, recordé lo que había vivido con él, sentí que mi tanga se humedecía, no podía controlarlo, mi cerebro me obligaba a cerrar las piernas, mi concha caliente me obligaba a abrirlas.
Dardo subió la pollera hasta mi cintura, levantó mis piernas contra su pecho, quedé acostada mirando el techo, intenté levantarme pero una mano en mi frente le alcanzó para doblegarme.
Escupió su mano varias veces y ...
... ensalivó mi culo metiendo un dedo dentro, volví a protestar
Otra vez el culo no! ya te dije que por el culo no!!!
Pero el solo hacía a su antojo, la enorme cabeza de su verga acarició un par de veces mi esfínter y solo empujó…
Me arrancó un sordo grito, me dolió demasiado, no estaba preparada, el volvió a escupir y tapó con una mano mi boca para acallar mis palabras, mis quejidos, mis súplicas, mis gemidos…
Era loco, pero estaba sobre su escritorio de trabajo, con las piernas abiertas, y su verga entrando y saliendo de mi culo, tan larga y gruesa como era, no podía resistirme, como hacerlo?.
Dardo me miraba de una forma tan loca que solo me hacía suspirar, yo solo balbuceaba…
Esto está mal Dardo… mi esposo lo notará, tarde o temprano lo notará…
Recuerdo que el explotó en mi culo y cayó rendido sobre mí, tomo aire, volvió a incorporarse, sacó su verga y acomodó la tanga entre mis piernas, me ayudó a incorporarme, guardó su miembro en los pantalones y solo me invitó a retirarme, como si nada hubiera pasado en esa oficina.
A partir de ese momento, empecé a vivir una locura, no creas que las cosas fueron fáciles para mí, la culpa al verte, al hablarte, al escucharte, empecé a sentir vergüenza en la cama al estar contigo, a que vieras, a que imaginaras, a que preguntaras, que respondería? Y sabía que algo no estaba bien, porque te estaba siendo infiel, eras mi hombre, pero contigo todo era tan predecible, pero quien era Dardo, solo un bastardo que me había ...