1. Necesidades de una mujer embarazada


    Fecha: 13/03/2021, Categorías: Confesiones Autor: Sandra_lujuria, Fuente: CuentoRelatos

    ... fiesta, uno de los amigos de Angélica se acercó a mí para ofrecerme una cerveza helada.-Oye, gracias. Pero no puedo tomar- Le hice saber al muchacho.
    
    -Una no le hará daño a tu bebé. Soy médico y te aseguro que se lo que digo- me sonrió mientras se sentaba junto a mí en el sillón.
    
    -¿Hablas en serio?
    
    -Seguro. Tómate una, pero solo una. Para que no te quedes con las ganas.
    
    Héctor era un médico recién egresado y amigo de Angélica desde la infancia. Me quedé platicando con él durante un buen rato y supe que tenía 25 años, como mi sobrino. Al principio me sentía extraña al ser la más vieja del lugar y pensé que me costaría trabajo conectar con los amigos de mis “roomies”, pero al poco rato, me habían integrado al grupo de veinteañeros como una más de ellos y ahora estaba muy a gusto platicando con Héctor. Por su forma amable de tratarme y su animada conversación, el joven médico se fue ganando mi confianza y cuando llegó mi turno de platicar de cosas más personales, no tuve reparos en hablarle de mi situación sentimental; omitiendo claro, todo el sórdido asunto del padre de mi hijo.
    
    -Qué vida tan difícil has tenido, Sandra- me dijo Héctor luego de escuchar mi historia.
    
    -Tal vez, pero procuro disfrutarla. Ahora seré madre y vendrán un millón de cosas nuevas para mí.
    
    -¿Crees que te reconcilies un día con tu esposo?
    
    -No... No veo la forma en que podamos superar nuestras diferencias. Además, los últimos meses que vivimos juntos, era como si todo se hubiera ...
    ... muerto entre nosotros y ninguno de los dos tuviera muchas ganas de resucitar fantasmas.
    
    -Qué pena. ¿Entonces te embarazaste la última vez que estuviste con tu esposo? -Me cuestionó y yo me apuré a mentir diciéndole que sí, solo para cambiar de tema inmediatamente.
    
    Héctor comenzó a mostrar mucho interés por mí. Entre cerveza y cerveza sus ojos se desviaban discretamente hacia mi escote. Yo estaba encantada de volverme a sentir deseada luego de mucho tiempo y fui correspondiendo al juego de seducción que el joven doctor iba desarrollando. Él ya estaba algo alegre por el alcohol y cuando se acercó a mí con toda la intensión de besarme, me sorprendí tanto que me puse rápidamente de pie. Claro que tenía ganas de besarlo, pero no quería hacerlo frente a todos y menos, con mi sobrino ahí al lado mío. Así que hice un gran esfuerzo para aguantarme las ganas.
    
    Aunque Héctor no tomó a mal mi negativa a ser besada, su humor cambió y pronto comenzaron a faltarnos temas de conversación. Para cuando fui a servirme algo de botana, Héctor se había cambiado de lugar en la sala y se unió a un grupito que discutía no sé qué cosas de cine. Estuve un rato más conviviendo con los otros invitados y con mi sobrino, hasta que pensé que era suficiente y me despedí de todos para irme a dormir.
    
    En mi recámara, estaba frente al espejo despintándome los ojos, cuando alguien tocó la puerta de mi habitación. Le dije a quien fuera que pasara y cuando levanté la vista para ver de quién se trataba, Héctor ...
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