1. Ya soy el puto del equipo (XVIII)


    Fecha: 17/03/2021, Categorías: Anal Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... del mejor que tengas.
    
    El papá de Abelardo levantó la cara a mirarme y volvió a agacharse, cuando llegaba el barman con los dos chatos, aparté el que tenía a medio tomar y le dije al barman:
    
    — Deja ahí la botella que he visto que has abierto y sírvele a la joven que está sentada en la mesa lo que desee.
    
    La trajo y se encontró con cincuenta euros sobre la barra. Trajo el cambio, lo guardé dejando la propina y le dije al caballero:
    
    — Por favor, brindemos por la alegría y la felicidad.
    
    — ¿Qué alegría y qué felicidad puedo tener yo?
    
    — Usted tiene unos hijos y una mujer que le aman a pesar de todo…
    
    — Pero no sé cómo hacer, me propongo algo y luego me acobardo…, —dijo tras un largo rato de silencio.
    
    — He venido a presentarme ante usted: Me llamo Doroteo, he albergado a su hijo en mi casa y nos hemos hecho amigos; ahora sé las dificultades de su casa, pero estoy dispuesto a ayudar. Abelardo debe seguir en la Universidad porque es muy buen estudiante…
    
    — Sé quién eres, te he visto algunas veces, pero yo no tengo más posibilidades… para que mis hijos estudien en la Universidad…
    
    — Pero Abelardo es mi amigo y yo las tengo…, pero el papá de Abelardo ha de ser también mi amigo, porque su hijo sufre, su hija sufre, los pequeños sufren y su mujer es una joya de madre…
    
    — Es también una joya de esposa, pero yo no la merezco…
    
    — Pero usted le ha dado los hijos que tiene y usted tiene que cuidar de todos…
    
    — ¿Cuidar…? Cuidar…, no tengo nada para poderlos ...
    ... cuidar…
    
    — Pero usted tiene un trabajo…
    
    — Hace dos meses que no tengo trabajo…
    
    — Ahora tiene usted un trabajo vigilando la portería de una edificio y los aparcamientos.
    
    — ¿Qué? ¿Cómo?
    
    — Mi administrador se pondrá mañana mismo de acuerdo con usted. Con ese trabajo podrá mantener a su familia, estabilizar su persona y dar estudios a sus hijos; además, económicamente no se ha de preocupar de Abelardo. Pero tiene que regresar a casa, tiene que mostrar un rostro más natural y más familiar y sus hijos no pueden ser objeto de sus contrariedades. Abelardo espera para darle un abrazo, adelántese usted y gánele la partida. Además, no venga más a la mi calle frente a la puerta de mi casa para espiarnos a Abelardo y a mí, mejor llame a la puerta y entre, donde viva su hijo es también su casa.
    
    *****
    
    Abelardo suele ir a su casa con cierta frecuencia, visita a sus padres y hermanos, suele llevarles algunos chuches a sus hermanos más pequeños. Alguna vez voy con Abelardo a su casa, pero me he aficionado a pasar por donde trabaja su padre. Allí hay cerrada una oficina de mis padres, me espera para ocuparla con mi profesión. La finca es de mi propiedad, allí todo son oficinas y estacionamientos. No hay viviendas familiares. El trabajo del vigilante es necesario, recibe encargos, el correo, orienta a los clientes de las diferentes oficinas y autoriza o deniega el paso según se le indica desde cada oficina.
    
    No había ido nunca a ese lugar, como no he ido a tantas propiedades ...
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