1. Fiebre del sábado a la noche


    Fecha: 22/03/2021, Categorías: Gays Autor: buitrepanda, Fuente: CuentoRelatos

    Bueno, como les prometí, les escribo lo que finalmente me sucedió con mi amigo, L., este último sábado, 12/11/16.
    
    Habíamos quedado que yo iba a ir a su casa a eso de las 20 horas. Y por supuesto, a las 19:45, ya estaba tocando timbre. Preguntó quién era a través del portero eléctrico, le respondí que era yo, y entonces bajó a abrir la puerta de entrada del edificio.
    
    Nos saludamos cordialmente, y fuimos subiendo la escalera hasta su departamento. Yo “sentía” sus ojos por todo mi cuerpo, principalmente, en mi cola.
    
    Entramos, y mientas él cerraba la puerta yo me di media vuelta para esperarlo. Luego de cerrarla con llave, levanta la vista, y nuestras miradas se encontraron. Nuestros ojos parecían 4 brasas, no por el color, sino por el “calor” que “desprendían”. Se acercó a mí.
    
    -“Al fin mi amor, vamos a poder estar unas cuantas horas juntos...”.
    
    -“Sí, mi vida. Es lo que más estaba deseando”, le respondo, y me acerco más a él poniendo mis labios sobre los suyos, para luego empezar a besarnos en forma tierna y amorosa. Nuestras gruesas y duras lenguas se entrechocaban dentro de nuestras bocas, aumentando más nuestros deseos.
    
    -“Te quiero”, me dijo.
    
    -”Te adoro”, le respondí.
    
    Mientras tanto nuestras manos viajaban por nuestros respectivos cuerpos. Yo le agarraba las mejillas, la nuca, la espalda, toda su cola, y con mi mano izquierda empecé a pasarle la mano en el pantalón, por sobre su pene, el cual ya estaba bastante duro. Y sus manos también pasaron por ...
    ... mis mejillas, para bajar de golpe hacia mis nalgas, y luego mi pene.
    
    Nos fuimos sacando la ropa uno al otro, hasta quedar totalmente desnudos los dos. Me tomó de la mano, y me llevó a su dormitorio, donde había un sillón no muy ancho, y sin posa brazos, y me dijo que me sentara en él.
    
    Obedecí, por supuesto, y entonces él se arrodilló delante de mí, y me dijo:
    
    -“Hoy te voy a hacer completamente feliz. Te voy a hacer todo lo que sé que querés”.
    
    -“Soy tuyo”, le dije. Nada más. No hacían falta más palabras.
    
    Y mientras que con su mano derecha se llevaba mi pene hacia el interior de su boca, con sus dedos mayor e índice de su mano derecha, apretando hacia abajo el sillón, empezó a tocarme una y otra vez mi ano, y habían momentos que se quedaba con su dedo mayor apoyándose en la entrada de mi culito, haciendo fuerza como para metérmelo, pero sin llegar a hacerlo. Fue tanto el placer que me estaba haciendo sentir, que mis caderas se fueron más hacia abajo, quedando mi ano, prácticamente al borde del sillón.
    
    -“Ay, mi vida, me encanta lo que me estás haciendo. Si seguís con ese dedo en mi culito, voy a acabarte en seguida”, le dije.
    
    -“Mmmm”, me “dijo”, con la boca llena y negando con la cabeza. – “No, pará, no acabes ya, por favor”, agregó, mientras que como mi ano estaba al borde del sillón, siguió jugando con su dedo en mi culito, pero esta vez, metiéndomelo un poco más.
    
    -“Aaayyy… no sigas por favor”, le digo, “te acaboooooo….”, y le acabé.
    
    -Ay, guacho qué ...
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