1. Fiebre del sábado a la noche


    Fecha: 22/03/2021, Categorías: Gays Autor: buitrepanda, Fuente: CuentoRelatos

    ... poder sentir más su pedazo, hasta que llegó un momento, que me quedé absolutamente quieto. Dejándome coger. Qué él tomara la acción total del acto sexual más exquisito. Y me cogía con pasión y con amor, hasta que llegó un momento que empezó a cogerme, cogerme, y cogerme, con ímpetu, con ganas, con velocidad, con profundidad, y ahí empecé también a mover mis caderas para atrás para adelante para los costados, los cuales eran todos movimientos reflejos. No fue que yo pensara en moverme. No. Mis caderas oscilaban “solas” totalmente fuera de mi control. Y oscilé más y más y más, hasta que llegado un momento me dijo:
    
    -“Ahí voy, C. ahí voyyy… te doy toda mi lechiiitaaaaa…aaagghhh”… y empecé a sentir su leche dentro mi “canal del placer”, eyaculándome una y otra vez, y empecé a sentir, cómo resbalaba de mi culito, parte de ese néctar que yo lo quería todo adentro mío. No quería perder ni una sola gota de su elixir.
    
    Luego de sus “estertores” y que me vació todo su néctar dentro mío, “cayó” sobre mi hombro su cabeza y nos besamos delicada y tiernamente. Los dos habíamos quedado exhaustos de tanto movimiento que habíamos hecho, pero totalmente llenos de placer.
    
    Mientras nos seguíamos besando, fue sacando de a poco su pene:
    
    -“Nooooo…no lo saques”, le pedí, pero no sólo lo estaba sacando, sino que también su pene se iba “arrollando”.
    
    -“Te adoro”, me dijo, se levantó y fue al baño a lavarse, mientras yo me quedé sentado y aún con mis piernas dobladas donde antes habían ...
    ... estado sus hombros. Con mi dedo mayor derecho, empecé a pasármelo por mi culito y metiendo la lechita que me parecía que estaba cayendo de él, y aprovechaba a dejar mis dedos índice y mayor dentro de mí y con la otra mano comencé a pajearme.
    
    En eso él sale del baño y vio lo que estaba haciendo, y entonces se me acercó, me hizo bajar las piernas, abrió las suyas, y se puso bien cerca de mí, quedando su pedazo a la altura de mi boca.
    
    -“Chupalo un poquito”, me pidió, a lo que obedecí de inmediato por supuesto, ya que yo lo había pensado antes que él me dijera nada. Comencé a chuparle el pedazo, y él con una de sus manos, agarró mi pene, y de a poco, comenzó a bajar, sacándome el placer de chuparle el pedazo, hasta que se sentó sobre mi pedazo, penetrándose por su culito. Se sentó rápido, nada de lentitud. Se lo metió todo dentro suyo de golpe, y comenzó a subir y bajar, subir y bajar, oscilando una y otra vez, cogiéndose con mi pene, y acercando sus tetillas a mi boca para que se las chupara. Y subió y bajó, subió y bajó hasta que no aguanté más y le inseminé con toda mi lechita en su culito. Mientras yo eyaculaba y como no me podía mover mucho, él más se sentaba a mi pedazo, y me apretaba con sus brazos. Y oscilaban sus caderas muy pero muy cadenciosamente.
    
    -“¿Te gustó, C?”.
    
    -“Sí, mi vida.”
    
    -“Bueno, esto es lo que toda la vida quise hacer contigo, desde que nos conocimos en la Empresa. Siempre quise que me cogieras, y si podía, también cogerte yo a vos”, me dijo, “y ...