1. Tiempos difíciles, sexo fácil


    Fecha: 31/10/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... pregunto quién es, con tal calentura ni falta que hace, aunque sea la abuela es igual.
    
    La dejo hacer, muevo la pelvis, acompaño la mano femenina. Giro, la abrazo, está desnuda, por el volumen de las tetas pareciera ser Ema. Responde el apretado abrazo con profundo suspiro, aprieta contra mí y en un susurro dice:
    
    - Soy Ema, dejame estar con vos.
    
    - Sí, claro.
    
    Me saca el slip, acaricia la verga. Los cuerpos pegados, con angustiosa urgencia me comió la boca, recorría el interior con su lengua, se escurrió en la cama, besando y lamiendo descendió por mi cuerpo, hasta la pija. Lamió y se la engulló hasta la garganta, recorría en toda su extensión, mientras acariciaba los testículos.
    
    El hambre acumulada, la juventud y tan intensa mamada hicieron estragos en mi sexo, incapaz de retener por más tiempo la eyaculación le avisé que de continuar así me iba, en su boca.
    
    - Vení, venite en mi boca, no te detengas más, ¡la quiero toda!
    
    Volvió a chupar con ansiedad. La estaba cogiendo por su boca, le tomé la cabeza, apretándola contra el vientre y avisé que me venía, empujón hasta la campanilla. Exploté en su boca. La leche salió, como nunca, con fuerza. Un sonido gutural de lo profundo de la garganta acompañó el último envío de semen. Tragó todo, disfrutando de la intensa acabada, tanto como yo.
    
    Encendí la luz. Dijo que necesitaba tener sexo, urgente y mucho, remarcó lo de mucho.
    
    - Estoy necesitada, no sabés cuánto. Te voy a poner al día.
    
    Ahora, a la luz podía ...
    ... admirarla, belleza serena de mujer, carnes firmes por el trabajo rural. Pechos firmes y opulentos, levemente hacia abajo, pezones gruesos y erguidos se me ofrecían tentadoras como las deliciosas fresas de la zona. Lamidas, leves y no tanto, mordiscos e intensa chupada a los pezones arrancaban sus mejores gemidos de placer, aumentaron en intensidad cuando mi mano deja de estrujarle las tetas y pasó a nadar en la abundante humedad de la concha. El dedo gordo en el clítoris y los tres siguientes explorando en la conchita, la recalentaron al máximo.
    
    La boca buscó la verga, pegó tremendas chupadas para después a horcajadas mío metérsela en la concha, hasta los huevos. Un instante, a fondo para sentirla toda en ella. Me miró agradeciendo lo que tenía dentro, movimientos de subibaja, saliéndose hasta la cabeza para dejarse caer lento, hasta presionar dejándose caer con fuerza para sentir el vigor de la empalada.
    
    El ritmo crece, provocaba jadeos más y más intensos, los ojos fuertemente cerrados, concentrada solo en su placer, comprensible, para saciar el deseo contenido. No pudo aguantar tanto como hubiera querido, sorprendida por el orgasmo estremecedor y violento, convulsionó en temblores y gemidos, en toda la duración de la secuencia hasta liberarse en un estado de éxtasis conmovedor.
    
    La contuve con las manos en las caderas para que no cayera, con elevaciones de pelvis me introducía cuanto podía en su argolla, haciendo los orgasmos más profundos y duraderos. Agotada se dejó ...
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