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La Soledad de los LLanos (Capitulo 12)
Fecha: 06/04/2021, Categorías: No Consentido Autor: Carlos Nagasaki, Fuente: CuentoRelatos
... compartida con Amalia. En cuestión de segundos reconoció que estaba perdidamente enamorado de ella. La búsqueda por la chica de sus sueños comenzó. Echó un vistazo por todo el patio donde se desarrollaba la fiesta, pero no pudo encontrar a su preciado tesoro. Dentro de este colorido festival se presentaba un duelo de músicos. Por un lado, se encontraba un trío que exponía el arte delSon Huasteco.Se acompañaba por el violín melódico y entonaban el huapangoquerreque. Por el otro lado esperaba su turno otro trío de músicos que dominaban el estilo delSon Jarocho. A pesar de las similitudes existía una diferencia. ElSon Jarocho substituye el violín por el arpa. El muchacho sintió el antojo de una cerveza, pero al instante recapacitó. Se encontraba en un recinto sagrado. Se dirigió a la mesa donde servían las aguas frutales y ordenó un vaso de horchata. <<de perdido me voy a echar un cigarro>> Metió su mano derecha dentro de la bolsa de su camisa y sacó el tabaco. De inmediato un hombre amable le ofreció fuego. Este le agradeció el gesto levantando su mano e inclinó su cabeza. El“querreque” había terminado. Era el turno de losSones Jarochos al mando del trio “los Sánchez”. Interpretaron unos simples versos y después prosiguieron conColas y Nicolás. Al final terminaron su popurrí con la afamada y mundialmente reconocidaLa Bamba. El muchacho no se impacientó. Sabía que tarde o temprano tendría la suerte de encontrar lo que andaba buscando. Así sucedió. Aunque no fue ...
... precisamente la presencia de Amalia. Después de varios minutos observando a la gente bailar, escuchó sin pretender una conversación de dos mujeres a su derecha. Las damas mencionaron que los lugares principales de la fiesta eran ocupados porEsteban García y su gente. Luis se metió en el dialogo. Pidió disculpas a las mujeres y preguntó quién era Don Esteban. Las damas lo señalaron y el instinto asesino de Luis retornó. Tal y como sucedió en Los Cedros, la música bajó su volumen y el tiempo se detuvo ante sus ojos. Era como si todo mundo se moviera lentamente. Finalmente había encontrado a su cuarto y último enemigo. Allí estaba sentado en la mesa principal. Al lado de los músicos huastecos. Se rodeaba de 5 hombres corpulentos. Parecía que guardaban armas. No respetaban el lugar. Sin embargo, eso no era problema. El muchacho también escondía un par de revólveres. Tampoco respetaba el recinto sagrado. Había dejado de usar la funda en la cintura. No pretendía llamar la atención. Más nunca se deshizo de sus armas. Eran suherramienta de trabajo. Su mente se cerró y su objetivo inicial renació de la nada. Su olvido por Amalia fue instantáneo. Cegado por la sed venganza se abrió paso entre la gente para enfrentar a su último rival. *** El Gato regresó a San Felipe. No veía con buenos ojos quedarse en su casa, pero la curiosidad de saber si ya estaban tras él lo carcomía. Quiso asegurarse sobre la situación en su pueblo natal. Todo parecía tranquilo en aquellas horas que vigiló su ...