1. Un extraño combate de gladiadores


    Fecha: 29/06/2017, Categorías: Incesto Autor: rubyg, Fuente: CuentoRelatos

    ... su oponente. Gracias a lo resbaladizo que el aceite había dejado sus cuerpos, no le resultó difícil al tracio zafarse.
    
    -¿Lo veis? - Preguntó la gorda. -Ese tracio es un cobarde. ¡No hace más que defenderse! El galo va a por todas.
    
    -De momento no ha conseguido nada- Señaló la dama.
    
    -¡Ánimo galo! ¡Fóllatelo bien duro!- Exclamó la joven mientras agarraba del pelo a la esclava con las dos manos y la obligaba a mover la cabeza arriba y abajo, para hacer más vigorosos los lametones que le propinaba en el coño.
    
    Los gladiadores siguieron así durante un rato, sin rastro de un posible ganador. A veces se aferraban el uno al otro y se zafaban rápidamente. Otras caían juntos al suelo y forcejeaban hasta que uno conseguía alejarse y ponerse de pie. En todo momento el galo fue más agresivo y el tracio más defensivo, cosa que llenaba de júbilo a la gorda y a la joven. Hasta en tres ocasiones llegó a someter y penetrar al tracio, pero las tres veces logró el tracio escaparse enseguida. La gorda y la joven estaban seguras de su victoria, pero la dama, más experta, sonrió al ver jadear al galo.
    
    -Está cansado.- Dijo. –Cada minuto que pasa, el galo tiene menos posibilidades de ganar.
    
    La táctica del tracio estaba siendo un éxito. Él aún estaba fresco mientras que el galo estaba claramente cansado, de modo que el tracio vio la oportunidad de pasar al ataque. Corrió hacia su rival y de un empujón lo derribó cayendo encima de él. Sin embargo, al galo aún le quedaban energías ...
    ... para un último contraataque. Rodó hasta colocarse encima del tracio, deslizó sus brazos por debajo de las piernas de su contrincante y las agarró con todas sus fuerzas, tanto para inmovilizarle como para mantenerle en una postura adecuada para penetrarle, pero al tener las manos ocupadas le resultaba muy difícil apuntar. Su pene golpeaba continuamente el ano del tracio, pero no conseguía entrar, sino que resbalaba entre las nalgas de su adversario.
    
    Tras mucho retorcerse en esa postura, el tracio logró agarrar con su mano el miembro duro y palpitante del galo, y empezó a agitarlo violentamente. Con un gemido, el galo soltó su presa y de su pene salió disparado un espeso chorro de semen que fue a estrellarse contra el pecho del tracio.
    
    Agotado por la pelea y el orgasmo, el galo no pudo resistir el último ataque del tracio, que se abalanzó sobre él. Tumbado boca abajo, inmovilizado por el peso del tracio, el galo sintió como se le ensanchaba el agujero de atrás. Gritó y se retorció, pero fue inútil. Ya no tenía fuerzas suficientes para librarse. El tracio movía sus caderas enérgicamente, metiendo y sacando rápidamente su polla en el culo del galo. Poco después el tracio gimió, el ritmo de sus caderas decreció considerablemente y el galo maldijo su suerte. El tracio sacó su polla y se apartó. El culo del galo estaba rojo y abierto, y de él brotaba un cálido líquido blanco.
    
    -¡Ya tenemos ganador! – Proclamó la dama.
    
    -Aunque he perdido, he de admitir que este ha sido el ...
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