No olvides que te amo. - Relatos Eróticos

No olvides que te amo.

Era una tarde de viernes cualquiera, yo me prepare a salir por unos tragos con mis amigos como siempre, pero esta vez con un menor entusiasmo, puesto que acababa de terminar una relación muy importante en mi vida, mi ex novio me engaño, no quiero decir que yo nunca lo haya, cada que podía me comía a el más rico que se me atravesara, pero esta vez fue un error inimaginable y terminamos en malos términos, jure alejarme de él para siempre y de los hombres por un rato.

La noche caminaba sin novedades, estábamos entre amigos y solíamos ser reventados, pero siempre cuidándonos unos a los otros, era poco más de media noche y yo había bebido mucho cuando nos disponíamos a salir del lugar, mis amigos llamaban taxis para enviarnos sanas y salvas a nuestras casas, pero la reventada de mi pidió un poco mas y propuso que fuéramos todos a la casa de Esmeralda (la típica vive-sola que presta su depa para la peda), total que llegamos al depa, éramos tres chicas y tres chicos, no se armaban parejitas porque la verdad siempre creí que éramos como hermanos, jugábamos y reíamos por todo, casi todos seguíamos tomando; poco a poco las chicas se fueron cansando y se marchaban a la habitación principal, yo seguía platicando con los chavos, pero la verdad ya me sentía muy mal y me estaba quedando dormida en el sofá, perdí la noción del tiempo un rato, pero desperté al sentir unos brazos que me tomaban de la cintura, no podía abrir los ojos de lo tomada que me encontraba, me levanto y me susurro en ...

... el oído vamos a buscar un lugar cómodo amiga, por lo borracha y dormida que estaba no pude reconocer la voz, pero estaba tranquila puesto que eran mis amigos y solo planeaba llevarme a la cama de las chicas supuse.

Subimos las escaleras con dificultad, mis piernas se doblaban y me caía a cada rato, me daba mucha risa y el susurraba a mi oído: -“Tsssss se van a despertar”, continuaba caminando y llegamos a una habitación, me quito los zapatos altos rojos con plataforma y yo le tome la mano y lo acerque a mí y le dije: -“Amigo hazme un favor, el vestido, quítame el vestido que muero de calor”, en realidad no era mucha tela, un diminuto vestido blanco con pequeñas flores de colores, escotado del busto hasta media bubi y corto, muy, muy corto, me rodé en la cama y el bajo el zipper lentamente, recorrió un poco mi espalda y me sentó para sacarme el vestido, yo estaba ebria, pero también me quería sentir un poco consentida, así que deje que el hiciera todo el trabajo, me quede recostada en la cama con mi conjunto de encaje blanco mega sexy, el bra de media copa que le daba una estupenda forma a mi busto firme, la tanga diminuta con cristales que se adentraba en mi trasero y que apenas si cubría mi sexo, estaba en esa cama sola, ebria y toda vulnerable, me estaba relajando cuando sentí el peso de alguien en la cama, me intente incorporar pero no podía, aun estaba borracha, levante la cabeza y unos labios besaron mi mejilla y me susurraron tranquila soy yo, voy a relajarte, sentí ...