1. Se lo hice a la madre de mi amigo de la facultad


    Fecha: 09/05/2021, Categorías: Gays Autor: Antonio Alexilo, Fuente: CuentoRelatos

    ... preciosa; ¡cuánto detalle cuento!, ¡lo mismo me estoy enamorando!
    
    Me dijo de ver primero la película y cenar después, yo le dije que perfecto. Dos sofás y un sillón había en el salón, ¡y se sentó en el que yo estaba!, y muy pegada a mí. Después cruzó las piernas, poniendo la derecha, que estaba junto a mí sobre la izquierda, asomándosele un poco el filo de una liga de encajes negros, ¡cómo me pone la lencería!, me vio mirando su muslo y me preguntó:
    
    —¿Te gustan mis medias con liga?
    
    —Son preciosas Claudia, me molan mucho, ¿las lleva usted a juego con la ropa interior?, ¡si le parezco fresco no se coma el tarro y no me lo diga! —le dije muy curioso, y ella me respondió:
    
    —Lo primero es que no me trates más de usted, ¡que me haces mayor!, y no, no me pareces fresco, me pareces un encanto Antonio. Las llevó a juego con el sujetador solamente —me dijo guiñándome un ojo y yo decidido le di mi opinión:
    
    —Claudia creo que lo bonito es el conjunto entero del mismo color, "lo de en medio también" (me dio fatiga decir bragas) —entonces ella me explicó:
    
    —Antonio mis bragas no son de otro color, ¡es que no llevo!, quise estar cómoda hoy.
    
    Me quedé en silencio mientras galopaba mi corazón, entonces me lancé y le dije:
    
    —Como me gustaría ver el contraste de las ligas con tu cuerpo desnudo, porque saber que estás aquí sentada, con esa faldita "y sin bragas", ¡me ha puesto a mil por hora!, y perdona si me he lanzado de más —ella me miró claramente excitada y me ...
    ... habló:
    
    —No me ofendes, ¡al contrario!; me siento muy halagada de que un joven de dieciocho años esté aquí deseando verme desnuda, en lugar de estar con la juventud. ¡Te concedo el deseo!, ¡pero con dos condiciones! Una que me des tu palabra que de esto no dirás nada a Juan, y la otra condición es que si yo me quito la falda tú te quites el pantalón para no sentirme incomoda, "además es por tu bien", ¡qué vas a reventar!, con ese bulto apretado.
    
    Deseaba tanto ver su coño desnudo, que le dije:
    
    — Claudia si me dejas verte desnuda, ¡te juro que no le diré nada a Juan!, ¡y si!, me quitaré los vaqueros aunque me de vergüenza.
    
    Ella se puso de pie y se desabrocho la falda, lanzándomela, después dio varias vueltas en redondo exhibiéndose y mostrándome su culo y su coño desnudos, ¡su bollo era una delicia!, y los cachetes de su culo "brincaban al girar", mientras ella sonreía con las mejillas rojas como un tomate. Se quedó de pie delante de mí con las piernas separadas, "mostrándome su sexo abierto y desnudo", enmarcado entre su blusa de seda y las medias negras de encaje.
    
    Devoré con la mirada aquel bello coño de pelos recortados y afeitados a los lados, me desabroché el pantalón y bajé la cremallera, después me lo quité despacio, dejándome puesta la ropa interior; "mi pene libre de la presión creció a tope", (parecía un revólver dentro de mis calzoncillos, que la apuntaba como un gánster de peli antigua).
    
    Nos sentamos en el sofá y de reojo miré el vello de su pubis desnudo, ...
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