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Se lo hice a la madre de mi amigo de la facultad
Fecha: 09/05/2021, Categorías: Gays Autor: Antonio Alexilo, Fuente: CuentoRelatos
... estaba trabajando pero lo he dejado hasta mañana; quiero cenar relajada y ver una película, pero lo primero era la ducha, ¡y ya está! Pasa para adentro hombre no te quedes en la puerta, ¡que ya hay confianza! —me dijo con una mirada casi juvenil "con sus más de cuarenta años". Se la veía excitada por la situación, pero disimulándolo bien con sus palabras. Penetré (quiero decir que entré, "los nervios"), y me acompañó al cuarto de Juan, donde recogí los apuntes dándole las gracias, cuando me despedía de ella me habló: —Antonio, hoy ceno sola, ¡te apuntas!, ¡te invito a cenar y a ver una película!; que no quiero la soledad, estando mi marido y mi hijo en Londres, ¿no te gustaría estudiar aquí los apuntes en lugar de en tu casa?, y después vemos la película y cenamos juntos y me haces compañía, me harías muy feliz, ¡claro está!, si no has quedado —me dijo con una gran sonrisa. —Será un placer señora, no he quedado con nadie ("era mentira", pero con un wasap lo arreglaba yo, ¡volando!) —dije con un pellizco en el estómago, porque me sentí excitado, pero a la vez algo asustado por lo que pudiera pasar. Estudié los apuntes en el comedor, me parecía más correcto que irme al cuarto de Juan solo. Mientras estudiaba se paseó delante de mi varias veces, añadiendo a su vestuario unas zapatillas de paño y quitando de su cabeza la toalla. En uno de esos paseos abrió una alacena delante de mí, en cuclillas, buscando algo que no encontró; pero al agacharse la corta camiseta se ...... levantó por la postura, ¡dejándome ver su culo hasta la mitad de los cachetes! La visión de su culo desnudo me puso el corazón a mil. Después ella bajó más la espalda rebuscando en el fondo de la alacena, "con la cabeza casi metida dentro del mueble"; ¡su bello culo se alzó más aún!, ¡viéndosele un poco el coño por debajo!, mi pene dio un latigazo dentro de los pantalones y se empalmó, ¡de golpe!, quedando amordazado entre los pliegues de mis vaqueros. Claudia se volvió hacia mí al tiempo que se ponía de pie y la camiseta volvía a tapar sus partes íntimas; entonces mostrándome una sonrisa pícara mientras miraba el bulto de mi pantalón me dijo: —¡Nunca encuentro lo que busco Antonio!, quería poner el candelabro de plata en la cena, pero estará en otro sitio —me dijo a la vez que daba un tirón de su camiseta tapándose más las piernas. Con ese tirón mirándome a la cara, me dejó claro que quería que yo supiera, ¡que su culo no lo vi por casualidad! Pero eso yo ya lo sabía. Me rayé y no pude seguir estudiando, vi la tele muy excitado hasta que ella volvió. Mientras la esperaba no dejaba de recordarla en pompa y sin bragas delante de mí, "con su coño asomando por detrás", un coño de pelo castaño recortado y enmarcado en un culo perfecto. Regresó al cabo de una hora (ya eran casi las ocho de la tarde). Vestía una blusa blanca de seda y una minifalda gris de vuelo, también llevaba unas medias negras y unos zapatos de tacón de aguja, todo eso en un cuerpo diez y una cara ...