-
Los limoneros I
Fecha: 11/05/2021, Categorías: Primera Vez Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... encendida la calefacción y la chimenea. -Le he hablado a mi padre, la caldera que pusieron es insuficiente para esta casa tan grande, lo arreglaré mañana cerrando algunas zonas que no vayas a utilizar. -surge un pesado silencio donde solo nos observamos disimuladamente. -¿Venderás la casa? Tu tío le ha hablado algo a mi padre. -No lo se Raúl, mi tío conoce muy bien lo que me conviene, me duele por lo que representa pero para qué la quiero ya. He visto los limoneros, ¿recuerdas cuando los plantamos ayudados por tu padre y mi mamá? -parecía que Raúl no quería recodar y fijó la vista en las llamas que crepitaban en el fuego. -¿Qué haces ahora? ¿Terminaste los estudios? -Acabé…, sí, para quedarme sin poder hacer algo. Ya ves, ayudo a veces a mi padre, las cosas no marchan bien. -se detuvo y luego siguió ante mi silencio. -Si te vas a quedar mucho tiempo, podemos salir algún día, si quieres. -¿Con tus amigos? -me salió como si fuera un graznido, una risa sofocada y agria. -No solos los dos, mis amigos se tiran pedos sin pensar que haya alguien delante y le pueda molestar. -me hizo sonreír interiormente recordar a los zafios patanes. -¿Y no tienes novia? -no quería responderme o se lo pensaba demasiado. -Novia. Alguna chica con la que salgas, no se como lo podrías llamar. -No hay nada formal, creo que aún no ha llegado mi hora. ¿Y tú? Se que vives solo. -También te han informado mis padres sobre eso. -no pensaba que Raúl estuviera tan interesado ...
... en mi vida. Decidí ser rotundo y claro. -Donde vivo no se ven las relaciones como aquí, he tenido dos amigos con los que no llegué a entenderme para hacerlo estable y aventuras de una noche o dos días. Sabes…, me recuperé aunque fuera difícil. -Te pediría perdón un millón de veces y no conseguiría borrar mi torpeza y maldad. -Pero estás perdonado, salí fortalecido y si miramos el balance también hubo momentos buenos. ¿Recuerdas nuestros juegos al principio? Aquella vez que por poco me ahogas. -ahora se le había pintado una sarcástica sonrisa oculta apenas por los pelos de la barba. -Era un cabrón, tenías que haberme estrujado los huevos hasta reventarlos, te llené la boca de semen y te asustaste. -Me gustó… -Lo escupiste… -Pero me gustó, sentía mucha vergüenza que notaras que me gustaba, eras la primera persona a quien mamaba la polla y…, bueno, ya sabes, no podía dejarme ver lo que era. -No fue así, yo te follé la boca a la fuerza. -Y yo no me opuse, quería que lo hicieras, que fueras tu el que decidiera. ¡Oye!, hemos terminado la cerveza y la comida. ¿Quieres otra? -Vale, pero Matilde me va matar, tu tenías que estar en la cama y yo camino de mi casa. -Ahora hay mucha nieve, tomamos la última y puedes dormir aquí, en uno de estos sofás, desconozco si Matilde tiene preparada alguna otra habitación, mañana con la luz del día harás mejor el camino. -Voy a la cocina a por la bebida. -cuando regresó me encontró tumbado sobre la butaca donde ...