Los limoneros I
Fecha: 11/05/2021,
Categorías:
Primera Vez
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... antes estaba sentado.
-Me he tomado la libertad de decirle a Matilde que se vaya a la cama.
-Sí, has hecho bien. -volvió a sentarse en el lugar que ocupaba y cruzó las piernas, ahora no había traído vasos y bebíamos directamente de la lata, cogió su teléfono y marcó para llamar a su casa, habló sobre quedarse y la respuesta no debía ser la que esperaba.
-Vale papá, iré con cuidado, si, no te preocupes vuelvo a casa en un rato. -le hice señas para que me pasara el teléfono.
-Pedro…, soy Cristian…, no, gracias a vosotros. He pedido a Raúl que duerma aquí…, en el salón y no es una molestia, no os preocupéis, llegará sano mañana.
Estábamos para terminar la bebida y nos manteníamos en silencio. Raúl vestía un viejo vaquero que le sentaba como un guante y le marcaba su trabajado cuerpo, una camiseta blanca de cuello redondo y una camisa a cuadros rojos y negros de leñador y desabrochada, el pelo algo largo y la barba enmarañada.
-¿Cómo andan tus amigos? -parecía sorprendido por mi pregunta.
-Mal, peor que yo y ya es decir bastante, no hay trabajo y ellos no tienen formación académica, uno ayuda en la panadería de su padre, alguno tiene trabajos temporales en los bares y…, poco más, ¿sabes?, hemos hablado algunas veces y sienten lo que te hicieron, en el fondo son buenos muchachos, ignorantes y unos crafes, te hicieron daño pero yo fui el mayor culpable.
-Olvídalo, solo preguntaba por ellos y saber como estaban, sin rencor.
Me levanté para irme a la ...
... cama, porque realmente comenzaba a tener sueño y mi tío vendría a la mañana a buscarme.
-Los coches de tus padres funcionan perfectamente y están cargados de combustible, por si los necesitas para moverte.
-Ven, te voy a dar una manta para que no te quedes helado cuando el fuego se apague. -en mi habitación le entregue la ropa para que se abrigara.
-Hasta mañana Raúl, siento no poderte ofrecer una cama. -se dirigía hacia la puerta con la manta que abultaba en sus brazos.
-¡Cristian! -me volví y me contemplaba.
-¿Qué?
-No, nada, nada, que duermas bien. -y escuché el crujido de las escaleras de madera forzadas por el peso de su cuerpo al bajar.
—————————————
No podía dormir y los recuerdos me asaltaban. Raúl de niño, cuando comenzó a acompañar a su padre.
-Si no le importa prefiero que esté conmigo y no deambulando con sus amigos por las calles. -así le dijo a mamá.
El primer día permaneció apartado, sentado en un rincón del jardín sin mirarme y yo quería que me prestara atención, en todo caso ya resultaba bastante novedad poder tener un niño a quien mirar. El segundo día se acercó a su padre y le entregaba las herramientas que le pedía.
Mamá sacó limonada cuando el sol apretaba más y les ofreció un vaso. Le preguntó por la edad del niño y alabó que estuviera tan grande y crecido para su edad, tenía tres años menos que yo y era de mi misma altura y más fuerte. Bebió su limonada y se alejó.
Pasaron varios días y cuando me acercaba donde estaban ...