1. Desvirgando a la hermana del cura


    Fecha: 22/05/2021, Categorías: Anal Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... susurrando:
    
    -Eso es asqueroso. Y un pecado muy, muy gordo
    
    -Pequemos.
    
    -¿Quieres comerme el culo?
    
    -¿Quieres que te lo coma?
    
    -No. Déjame.
    
    Ya aprendiera a mentir, pero mentía muy mal.
    
    -Me encanta que me hables susurrando. Me has puesto la polla dura como el acero. -le llevé una mano a mi verga- ¿De verdad quieres que deje de jugar contigo?
    
    Lola cogió mi polla por encima del pantalón. Se le escapó un gemido y comenzó a temblar otra vez.
    
    -Sí y no. La cabeza me dice que no debo pecar y el cuerpo me pide el pecado. Estoy temblando y no se que hacer.
    
    -Déjate querer.
    
    -¿No me harás daño?
    
    -No es el primer virgo que quito.
    
    -Tengo algo de miedo.
    
    -Relájate y disfruta.
    
    Le di un pico en los labios, y le pregunté:
    
    -¿Tienes el chochito mojado?
    
    -No me hagas mentir.
    
    La miré, seguía temblando y estaba colorada como una grana. Lola, volvió a susurrar:
    
    -Creo que te debrías ir. Yo no soy así.
    
    -Acabarías haciendo un dedo al llegar casa.
    
    -¿Qué es hacerse un dedo?
    
    -Masturbarse.
    
    -La masturbación es pecado.
    
    -Será, pero yo, si no te follo, me la voy a pelar esta noche pensando en ti. Te comeré el chochito...
    
    -Eres un cochinote. Esas cosas las hacen los animales...
    
    Le di otro piquito.
    
    -Racionales, y yo quiero una ración tuya.
    
    -¿Una ración? Me quieres comer enterita, vicioso.
    
    Le iba a dar otro piquito, abrió la boca y nos besamos sin lengua, después le pregunté:
    
    -¿Me lo vas a dar?
    
    -¿Que quieres que te de?
    
    Nos ...
    ... volvimos a besar sin lengua.
    
    -De beber.
    
    Ahora fue Lola la que me dio el pico a mí.
    
    -¿Lo qué?
    
    -El jugo de tus orgasmos.
    
    -Eres malo, muy malo.
    
    Ahora sí, ahora fue su lengua la que buscó mi lengua y su boca la que me la chupó. Mi polla se puso tan dura que quiso romper los calzoncillos y el pantalón. Lola, que no había quitado la mano de ella sintió como latía... La eché hacia atrás sobre la hierba. Nos volvimos a besar con lengua. Con sus brazos rodeando mi cuello, volvió a susurrar:
    
    -Me estoy perdiendo como una...
    
    Le puse un dedo en los labios, y le dije:
    
    -Chist. Esta tarde eres una princesa.
    
    La besé en el cuello, le mordí los lóbulos de las orejas. Mis manos cogieron sus tetas y mi boca le metíó un mordisco a cada una de ellas por encima de su blusa marrón. Le levanté la falda. Sus bragas negras tenían una enome mancha de humedad encima de la raja. Le pasé la lengua por ella. De su boca salió un dulce gemido. Aparté las bragas hacia un lado y lami los labios mayores, primero uno y después el otro. Entre gemidos, me dijo:
    
    -Eres el Mal.
    
    -Sí, pero lo hago todo muy bien.
    
    La besé. Le desabotoné la blusa y le subí las copas del negro sujetador. Sus tetas eran aún más grandes de lo que parecían tapadas por la ropa, y estaban esponjosas. Tenía pequeñas areolas marrones y pequeños pezones. Las magreé y se las mamé bien mamada. Lola, no paraba de gemir. Saqué la polla y se la puse en los labios.
    
    -Es hermosa. El diablo sabe bien con lo que ...
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