Una apuesta con mi profesora en la universidad
Fecha: 22/05/2021,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... mi apellido. Doy vuelta y veo a la sonriente y juvenil profesora Robinson.
—Sabes, estoy impresionada contigo. No sé si la promesa que me dejaría pegar una nalgada de ti fue tu incentivo, pero creo que se lo propondré a toda la clase, pues tú has sido elúnico con un 100%.– Me rio y continua.– Espera, no quiero que me nalguees frente a todos, que me moriría de mucha pena… deja que se vayan para que reclames tu premio.
—Profesora Robinson, no se preocupe.– le digo en voz baja y continuo.– le voy a dar revancha. No la voy a nalguear, pero si en el final saco un 95% o más, no será una nalgada, será un masaje en sus nalgas. -Ella me mira a los ojos, sonríe y solamente dice:
—Mira que eres atrevido… pero déjame prevenirte, que el final es un examen más escrito y menos posibilidades que este que tenía el patrón de multi opciones. Te aseguro que ese día traeré mis tijeras y volarte esa melena.
Debo decir que la profesora Robinson aquel día si me excito, pues a través de sus pantalones negros se le marcaban muy bien esos relieves de su prenda interior. Tenía un trasero, sino extremadamente grande, pero lo suficientemente grande para ver esa curvilínea para considerarla sexi o sensual. Yo me fui con mi verga erecta, y me aleje de ahí, para que la profesora Robinson no me lo notara, aunque sí creo que la diviso. Dos meses más vuelan y de nuevo he llegado a tomar solamente el examen final, y bueno tener un receso de dos semanas antes de regresar a clases de verano.
El ...
... mismo protocolo, llego días después a ver cuál fue mi grado del examen final, y aunque esta vez no me sentía muy seguro, pues estas clases de historia y ciencias políticas, tienen esa connotación de objetivas, bien pudo haber considerado una respuesta mía, acertada o simplemente, aunque mis argumentos tuvieran sentido, ella podría simplemente tomarla como fallida. Busco mi nombre en la lista y sorprendentemente veo un 99%. Esta vez sí me recuerdo de la apuesta, pues esta vez lleva el suficiente morbo, pues ya no es una nalgada, es un masaje a sus nalgas. Me mira con una sonrisa y se acerca.
—Definitivamente eres sorprendente. Nunca me paso por la mente que lo podrías lograr…¡Felicitaciones!
—¡Gracias! -le añadía yo y pregunte. -¿Y la apuesta?
—Sabía que no me libraría, pero soy mujer de palabra, pero no crees que aquí no es el lugar adecuado.
Veo que la profesora Robinson tiene uno de esos cartones que uno usa para tomar notas, y me lo extiende diciéndome:
—Mira, aquí esta esté domicilio. Procura llegar a las 7 en punto, pues no me gusta esperar, ni hacer esperar. Estaré en el cuarto 210 y ahí puedes reclamar el premio de tu apuesta. Sabes… eres malo. -decía.
Realmente, cuando me imagine masajear sus glúteos, siempre me lo imagine haciéndolo sobre su ropa, pero ella me estaba dando un domicilio con el nombre de un motel al cual yo ya había divisado en la zona de la universidad. Aquel día aquella sensación me domino, pero a la vez no sabía si aquello era un ...