LA BIBLIOTECARIA NINFÓMANA
Fecha: 24/05/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: Juanfucker, Fuente: SexoSinTabues
... —Me dijo mirándome a los ojos, con notorio interés, mientras se arreglaba el pelo y lo acariciaba cariñosa y lentamente. —Varias cosas. ¿Le gustaría responder el cuestionario? — En este momento no puedo, estoy trabajando. —Me dijo como disculpándose. La miré, apenas sonriendo, por un par de segundos, y enseguida regresé a ver hacia las mesas. Una de las dos únicas personas que estaban en la biblioteca, el muchacho, estaba mirándonos, pero volvió a lo suyo cuando vio que lo observaba. —Solo están dos personas, y no creo que les importe si usted se ocupa de mí por unos momentos. Además, desde que la vi me di cuenta que usted a más de ser muy guapa es una mujer inteligente y atrevida, algo no muy común en esta sociedad oscurantista. —No, no puedo. —Me dijo sonriendo mientras miraba hacia el suelo. — Sus opiniones me ayudarían muchísimo para terminar la investigación que estoy haciendo, además con su colaboración ayudaría a muchas mujeres que no son tan valientes como a usted a entender mejor su propia sexualidad. Usted sería una pionera, una mujer solidaria con las demás mujeres, en especial con aquellas que han sido sometidas por la anticultura represiva de esta sociedad hipócrita. ¿Qué dice, me ayuda? La mujer me miró fijamente mientras se mordía suavemente su labio inferior. Había duda en rostro pero también interés. — ¿Y cuánto cree que nos demoremos? —Me dijo con candidez. — El tiempo que usted decida. Volvió a jugar con su cabello, miró hacia las mesas, y luego giró su ...
... rostro hacia el fondo donde se encontraba un pequeño escritorio. —Supongo que podría ayudarlo. —Me dijo sin mirarme, e inmediatamente caminó un par de metros hacia su derecha, levantó, una pequeña tabla, y abrió una puerta empotrada en la barra. Entonces se volvió hacia mí. — Entre —. Me dijo. Capítulo 4 Entre por el pequeño espacio, y ella, inmediatamente cerró la pequeña puerta, y volvió a colocar la tabla en su lugar. Se dio la vuelta y se dirigió hacia el pequeño escritorio, seguida por mí. Mientras la seguía no puede evitar concentrarme en sus generosas nalgas, sus bien formadas piernas, así como en los rosados talones que se remontaban sobre sus erguidos tacones. Automáticamente sentí un empellón de mi verga dentro mi pantalón. “Tómalo con calma”, me dije mentalmente. Colocó una silla frente al viejo y pequeño escritorio y luego se situó detrás de este. —Siéntese. — Me dijo mientras ella hacía lo propio. —Gracias. —Le dije mientras colocaba mi carpeta encima del escritorio. Entonces, me di cuenta que ni siquiera sabía su nombre, y como es obvio, ella tampoco el mío. Me incorporé y le extendí mi mano. —Por cierto, me llamo Pablo—. Le dije inmediatamente. —Yo Gloria. —Me dijo aceptando mi mano, mientras me miraba con atención. Volví a sentarme y empecé a divagar imaginando qué preguntarle. “¿Y si solo voy hacia ella y empiezo a besarla?”, me planteé mentalmente. La opción parecía ser muy práctica pero al mismo tiempo un tanto abrupta. —Usted dirá. —Me dijo sacándome de mis ...