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Matilda, guerrero del espacio (capitulo 17)
Fecha: 29/05/2021, Categorías: Gays Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
... de color blanco. La precedía una sacerdotisa que portaba sobre sus manos a Surgúl. Detrás de ella, la reverenda superiora de Akhysar y el príncipe Adry. Con paso pausado comenzaron a recorrer la distancia que les separaba de la escalinata y cuando llegaron ascendieron por ella. La guardia de honor, formada por su escuadrón, se situaba a los lados de la escalinata. Arriba esperaba la superiora, y a su lado Matilda, con una sonrisa que la iluminaba el rostro. Todos los integrantes del Consejo Federal y del Estado Mayor, se situaban a los lados. —¿Quién eres, quien te presenta? —preguntó la superiora. —Yo, la reverenda superiora del Sagrado Monasterio de Akhysar, presento a Súm, princesa heredera al trono del Reino de Mandoria, y portadora de la energía del conde Nirlon y de Surgúl. —Yo, la reverenda superiora del Sagrado Monasterio de Konark, te recibo, Súm, princesa heredera al trono del Reino de Mandoria, y portadora de la energía del conde Nirlon y de Surgúl. Las dos superioras colocaron sus manos sobre la cabeza de la Princesa, y su aura se iluminó. —Confirmamos la presencia mística en Súm, y su lugar en el Consejo de los Cinco. La ceremonia continuó durante un par de horas, y al término de las cuales, por fin, Matilda y la Princesa se fundieron en un afectuoso y fraternal abrazo. —No sabes cuánto deseaba que llegara este momento, —dijo Súm con lágrimas en los ojos. —Y yo, Princesa, y yo, —y sonriendo añadió—. Las princesas guerreras no ...
... lloran. —¡Un huevo! Yo te he visto llorar a ti. —¡Ya!, pero yo no soy princesa, y menos una princesa mal hablada, —la dijo soltando una carcajada. —Matilda, ¿cuándo vamos a por él? —Ya falta poco, —la sujeto la cara con las manos al tiempo que la limpiaba las lágrimas con los pulgares, y añadió—. ¿Sabes? Como dirían en la Tierra: la vamos a liar parda. Mientras ellas hablaban, a su alrededor el júbilo estaba desatado. En el templo y en los alrededores miles de civiles y militares, vitoreaban enfervorecidos a las dos guerreras más poderosas de la galaxia. Cuándo todo termino definitivamente, a bordo de un transbordador, se dirigieron a la órbita acompañadas por los principales consejeros y militares, y las dos prioras. —Mi señora, nos aproximamos, —dijo el piloto. Matilda, cogiéndola de la mano, la llevó a la zona del piloto. —Princesa Súm, el Atlantis, —la Princesa vio la imponente figura de su crucero pesado, con el nombre escrito a todo lo largo del casco. —Por favor, cédame los controles, —pidió la Princesa sentándose en el asiento del copiloto. Con suavidad, entró por el portón exterior del hangar principal que se cerró a su paso: a continuación se abrió el secundario. Finalmente, entró en el hangar que estaba abarrotado de gente y aterrizó. —¡Comandante en cubierta! —gritó una oficial con uniforme de la flota, y dos pequeñas protuberancias óseas a los lados, a la altura de la sien. Toda la tripulación se cuadró en el acto—. Mi señora, tripulación formada ...