1. La nueva socia del gimnasio


    Fecha: 31/05/2021, Categorías: Infidelidad Autor: zorro_en_celo, Fuente: CuentoRelatos

    Llevaba diez años yendo al mismo gimnasio cerca de casa, casi siempre a la misma hora, hacia media tarde y según se iban acercando las fechas veraniegas, se iba llenando de personal femenino que se querían quitar en "cuatro días" los atracones de la navidad y los otros tantos de las cortas vacaciones de semana santa. Yo solía tener buena relación con los monitores y una tarde, uno de ellos, el de sala, se tuvo que ausentar por un problema familiar, dejándome al cargo a mí, por si viniera alguien nuevo y le tuviera que explicar y aclarar para que servía cada máquina y los diferentes ejercicios para según qué zona muscular del cuerpo.
    
    Una tarde hacia esa hora, llegó una sensual, madura, muy tetona y algo culona, para que la contara para que servía cada máquina y donde debía empezar y poco a poco y gradualmente, iríamos haciendo ejercicio en cada máquina que ella necesitase. Ella era muy atractiva y bastante provocativa, pues, aunque llevaba un body imitación pantera, le resaltaba y acentuaba su orondo culo y tetas. Sus deportivas de marca eran rosas y llevaba una cinta blanca en el pelo para que la retirara un poco su muy extensa melena rubia.
    
    Empezó montando en bici estática para, a continuación, charlar con ella sobre lo que quería, hablamos, me lo contó y casi enseguida me puse a ello. Le fui mostrando máquina a máquina y para lo que servía cada una y ella fue tomando nota mental y a la vez me hacía alguna extensa observación sobre lo que ella buscaba y necesitaba. ...
    ... Cuando ya se hizo una idea de lo que realmente quería me lo explicó más a fondo y me puse a hacer una tabla. Mientras ella pedaleaba en la bici de ciclo-indoor no me quitaba ojo y yo a ella tampoco, se daba cuenta de que algo en mi interior se movía y es que ella era de esas que no son indiferentes a los hombres. Los pocos hombres que allí había no la quitaban ojo y hasta más de uno venía a comentarme algo sobre los ejercicios y de paso algo sobre la sexy nueva socia.
    
    Yo la indiqué algunas máquinas por donde debía de empezar, cuantas series debía hacer y con cuanto peso y ella empezó… de vez en cuando la miraba para ver sus progresos. Yo estaba al tanto de ella y de vez en cuando hacerla cambiar de máquina según lo que ella me había pedido. Después de haber pasado por cinco máquinas y hacer dos ejercicios distintos con mancuernas, ella me hizo una seña con el dedo para que me acercara y me espetó:
    
    —ya que te has portado bien conmigo, me gustaría, cariño, devolverte el favor.
    
    Yo tragué saliva y casi me da un síncope, pues no esperaba esta respuesta de esta felina madura.
    
    —¿cómo te llamas? —le pregunté yo.
    
    —Soraya me llamo —afirmó ella.
    
    —yo soy Lorenzo —repliqué yo. Y casi sin querer, nos dimos dos besos— Pues tú me dirás Soraya, ¿que deseas? —agregué yo.
    
    —quedamos en la entrada y hablamos, Lorenzo —contestó Soraya.
    
    Nos fuimos a las duchas y yo estaba algo nervioso, pues tenía la ligera sensación y sospecha que, sin querer, ni buscarlo, había ligado y hasta ...
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