1. A la maestra con cariño. Seducida y con rudeza se dejó hacer el orto


    Fecha: 03/06/2021, Categorías: Gays Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... manos en las mías, le doy calor. Me dispongo a escuchar sus cuitas, se le nota que busca una “oreja amiga” para confiarse. Ese novio que ahora es pasado reciente, era desde los catorce, el único hombre en su vida, por siete años sólo él, todos los planes y todos los sueños se fueron al carajo, cuando el tipo conoció a otra mujer, una mujer madura, se recalentó y se fue a vivir con ella. Los últimos seis meses los pasó tratando de olvidarlo.
    
    —¿Tomamos una copa?, se nota que la necesitas
    
    —No.… no tomo habitualmente.
    
    —Te va a hacer bien
    
    —Nos servimos,
    
    La incito a un “chin chin”, por el “olvido de lo malo”. Rio y bebió, bebimos. Por la segunda copa, ya estábamos sentados, recostados uno en el otro, con la cabeza en mi hombro.
    
    Aprovecho la bonanza de su entrega a confesar sus cuitas, para meterle mano. Apoyo la mano en el muslo, responde con un beso, repite acomodando bien la boca para un beso con toda la furia. Me besó con ganas atrasadas.
    
    Recaliente, al palo, me pongo delante de ella, se abraza a mi cintura, se la refriego entre los pechos. Descubro esos pechos firmes con pezones bien erectos, le doy lo que necesitan. Trastornada por el efecto de mi boca y mi lengua comienza a gemir desesperada.
    
    —Quiero que hagas…necesito que me hagas… sentir tuya…
    
    Uniendo el deseo a la acción, se saca la mini, quedando solo en bikini. Abre las piernas y se
    
    ofrece toda. Mis manos debajo de su cola descubren la concha, queda expuesta a mis caricias. Voy al ...
    ... “pesebre”, le meto lengua en la raja, toda mojada, se estremece violentamente.
    
    La chupada fue deliciosa, y la acabada de ella apoteótica.
    
    —Ahora violame! ordena.
    
    La levanto en brazos, la llevo al dormitorio. La coloco boca abajo, jugando al sometimiento, le abro los cantos, abro los labios y acomodo el choto en la puerta de la concha. Con una mano la tomo del cuello y aprieto contra la cama, un chirlo en la nalga y de un golpe se la mando toda adentro. Me la estoy “moviendo” con violencia, estoy haciendo realidad esa fantasía de tomada con salvaje deseo al mismo tiempo es una especie de venganza al recuerdo del abandónico novio.
    
    Este juego la sobreexcita, vuelve a acabar, rápido y ruidosamente. Yo estaba que volaba de calentura, me dolían los huevos por la leche contenida sin acaba aún. Un par de nalgadas vuelven a ponerla a tono con esa calentura atroz que la domina, el lenguaje soez también adquiere el valor de lujuriosa excitación. Con el choto adentro de ella, seguíamos el juego del sometimiento, amenacé con hacerle el orto.
    
    —Ahora te voy a hacer el orto, ¡putita!
    
    —No, no quiero, no quieroooo..., seguía el juego.
    
    En el comienzo solo era una idea, pero en el desarrollo del juego de dominación esa idea tomó cuerpo y el deseo se hizo dueño y señor de su ano.
    
    Cuando se dio cuenta que la cosa iba en serio intentó zafar. Insistí de tal forma que no le quedaron dudas que sería sodomizada accediendo o no. Asiente pero me pide suavidad y comprensión. Dice que el ...