1. La madura amiga de mi familia


    Fecha: 04/06/2021, Categorías: No Consentido Autor: Beast, Fuente: CuentoRelatos

    La Sra. Dayra, era amiga de la familia, casi como una tía más para mí. Muchos fueron los veranos que pase visitando su casa para ver a sus hijas. De mediana estatura, alrededor de 40 a 45 años, no era la gran cosa, pero había algo en ella que despertaba mis instintos, algo que me hacía desearla. Era buena persona y todo, pero tenía un aire así como de salvaje en la cama. Tal vez era el hecho de que el marido se la pasaba viajando y la tenía desatendida. Con el paso del tiempo, las muchachas se fueron y la Sra. Dayra quedo sola en la casa. Un día, me entere que el marido, en uno de esos viajes, decidió quedarse por allá con otra mujer. Sabía que había algo que podía aprovechar de esta situación.
    
    Se me hizo una costumbre ir a visitarla de vez en cuando, no tan seguido como quisiera, pero si iba bastante, siempre con la excusa de estar por el área, de ir a visitarla como en los viejos tiempos, etc. Siempre estábamos en la sala, conversando de todo, preguntando sobre la familia, cómo va la universidad, lo de siempre. Yo siempre note que cuando llegaba a la casa, ella siempre vestía ropa normal, una bata de vez en cuando, shorts y camisetas la mayoría del tiempo y que al rato de yo estar allá, se iba al cuarto y se cambiaba para ponerse algo más recatado. Hasta que un día le hice un comentario al respecto, de que no tenía que cambiarse por mí, que era su casa y que por mí no había problema. En ese momento se rio, como si le hubiese echado una broma, pero con el tiempo note que ...
    ... ya no se cambiaba cuando llegaba. Incluso un día, cuando llegue me dijo que iba a tomar una ducha, que la esperara en la sala. Al rato, sonó el teléfono.
    
    Como yo soy de la familia más o menos, conteste y le llame para avisarle. En ese momento no estaba pensando en nada malo, cual no fue mi sorpresa cuando veo que sale del baño con solo una toalla puesta alrededor. Ahí estaba yo, sentado en la sala y ella parada frente a mí hablando por teléfono recién salida de la ducha. Pude en ese momento apreciar que su cuerpo se conservaba mejor de lo que creía. Ese día no paso más nada, pero sospechaba que pronto podría hacer mi jugada.
    
    Un día me llamo para preguntarme si podía hacerle un favor. Me dijo que necesitaba pintar unos cuartos de la casa, pero que un pintor le salía muy caro. La verdad, como no tenía nada que hacer acepte ayudarla. Como hacía calor y para no manchar mucho, trabajaba solo con un short de jeans viejo que tengo. Ese día de reojo vi cómo se me quedaba mirando la Sra. Dayra cuando me acompañaba de vez en cuando.
    
    Al finalizar la jornada, quede sentado en el piso tomando un descanso. La Sra. Dayra se sentó al lado mío y conversábamos sobre el trabajo. De repente extendió su mano con un pañuelo que tenía, dizque para secarme el sudor, pero note como pasaba su mano sensualmente por mi quijada y luego por mi pecho. Su mirada estaba como ida, hasta que reacciono y al ver lo que estaba haciendo, se sonrojo y se paró. Viendo una oportunidad, la seguí adentro de la ...
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