1. Mi papá se vino dentro de mí


    Fecha: 07/11/2017, Categorías: Incesto Autor: Stregoika, Fuente: SexoSinTabues

    Mi padre siempre ha sido un buen padre. Amoroso, presente y nunca me ha faltado nada. A los 14, me demostró deseo por primera vez. Sí, se aguantó bastante, creo que se hizo la paja pensando en mí durante años. Pero ese día, que al fin se animó, resultó estremecedor para mí. Estaba sentada frente a mi computador y lo llamé para mostrarle una foto sin importancia. Yo estaba haciendo un poco de tiempo mientras me iba a encontrar con un muchacho que me gustaba, pues llegar a tiempo sería demostrar el hambre. Entonces me metí a Facebook. - ¡Papá, papi, mira esta foto tan chistosa de mi tía Soledad! Él llegó y se inclinó para ver la foto de cerca. Era una de esas pantallas que solo se ve bien lo que sale si uno está bien de frente, así que puso su cara junto a la mía. A mí, nada de lo que él hacía podría incomodarme. Había sido bastante tierno y caballeroso toda la vida. Vio la foto de mi tía montando caballo y rio unos segundos, pero otra cosa llamó más poderosamente su atención. Yo me había arreglado muy bien, pues quería sorprender a ese chico. Me había puesto una blusa re-escotada y me había perfumado bien. Para rematar, la mamá de una amiga, que era profesional en eso, me había maquillado. Creo que mi papá me encontró muy provocativa. Solo exhaló una enorme cantidad de su aliento, que siempre me había parecido tan varonil… y bajó la mirada hacia mis senos. Tengo que hacer una pausa para explicar algo, que parte de lo que le debo a mi papá es la seguridad y autoestima que ...
    ... tengo, que, aunque no lo crean, no es fácil ni para una muchacha, todo mundo cree que por ser mujer y ser jovencita, se tiene el cielo a dos manos, pero no es así. Mi papá me explicó que las mujeres siempre estaban compitiendo entre ellas y que a las más bonitas siempre era a las que más odiaban, y que yo tenía que ser fuerte, porque era muy hermosa e iba a tener muchas enemigas. Que, de hecho, buscara siempre mejor tener amigos hombres. Pero que si él me decía que era una niña asombrosamente hermosa, le creyera. Entonces, yo sabía que era hermosa, muchos me lo decían, todos querían conmigo, hasta mis profesores y mi papá. Yo sabía de sobra cómo los hombres se pueden volver bobos por unas puchecas, unas nalgas bonitas, una falda cortita, unos pantalones que se le marquen a una adelante (aunque yo no hago eso, qué boleta) … y ver como mi propio padre caía presa del embrujo era una sensación muy rara. Cuando lo tenía ahí, con su cabeza al lado de mía, mirándome entre la blusa, se me juntaron mil cosas en la cabeza. Pero en la cabeza, o sea, en la cabeza tenía confusión, pero mi cuerpo y mi corazón parecían no tener dudas, y eso solo aumentaba la confusión en mi cabeza. Sentir su calor era rico, y la sensación de proporcionarle ese ‘gusto’, de ser yo quien lo ponía así, era una cosa que no se comparaba con nada. Yo no era virgen, hacía más o menos un año me había acostado con un compañero del colegio, uno de grado once que me gustaba mucho, muchísimo. Pero aun así no había ...
«1234...»