HERMANOS SIN TABU 5 (OTRA VEZ CON PAPI)
Fecha: 07/11/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues
... nos sentamos desnudos, puesto que sería estúpido vestirnos. —Te la voy a mamar un poco pero no le digas a mamá ¿de acuerdo? —Bien… Nada más decirlo, su polla empezó a ganar tamaño. Yo me arrodillé ante mi propio padre, de tal forma que su pene quedó justo a la altura de mi cabeza. Yo sabía que el frío hacía que el miembro de los hombres cambiara un poco su tamaño, y aunque él pasaba por lo mismo, lo cierto es que no había mucha diferencia. Me aclaré la garganta, puse mis manos sobre mis piernitas y me aproximé cuidadosamente al glande. Lo tanteé con la punta de la lengua, y luego le fui dado pequeños besitos por todo el tronco hasta la base. Lo tenía sólo para mí. Él era mi padre, el que me había dado la vida y ahora yo iba a darle un poco de placer, y yo también gozaría. Con mucho cuidado tomé su polla entre mis manos, abrí la boca y empecé a mamar suavemente, procurando meterme todo lo que me cupiera, remojándolo con mi saliva y sintiendo el sabor de la sal del agua de mar. Era como comer un delicioso filete de carne con muy buen sabor. Chupé despacio al inicio, y poco a poco fui subiendo la intensidad. Movía mi cuello de adelante para atrás, de adelante para atrás. Sacaba su miembro sólo para poder respirar e inmediatamente volvía a mi trabajo. Con una mano jugaba con sus huevos, sopesando su peso, pellizcándolos y cuando me cansaba de mamar, levantaba su pene y lamía sus testículos que estaban sin un solo pelo. Que mi padre se rasurara las bolas me gustaba porque podía ...
... apreciar toda esa zona en plenitud. —Ah… espera, hagamos otra cosa. —¿Qué? —le pregunté. Él se recostó en la toalla, la polla apuntando al cielo. —Ehm… papá, por mucho que me guste mamártela, no voy a montarte. —No es eso. Dame tu culito. —Ah, bueno —me tranquilicé. Papá sólo quería comerme el coñito, tan lindo él. Me acomodé con él en un 69, y cuando sus manos me abrieron las nalgas y hundió su boca en mi vagina, me empecé a reír. Su barba me hacía cosquillas. Qué feliz me sentía. Volví a mi trabajo, masturbándolo y luego mamando y mamando. Para una mujer, tener un pene grande es un reto, porque te lo quieres tragar todo y el cabrón no siempre se deja. No sólo ocurre con los penes largos, también con los gruesos. Mojé con saliva todo el glande y lo metí lo más profundo que pude. En las porno veía que las actrices lo hacían con facilidad, pero yo no pude, así que decidí chupar como una niña buena y no tratar de romper records ni nada parecido. —Es bueno que seas virgen todavía —dijo mi padre, separándome más las nalgas como si quisiera rompérmelas. Su barba puntiaguda le daba una exquisita sensación a mi coño, y muchas cosquillas. Me nalgueó, pellizcó y mordió. Mi pequeño clítoris estaba en la gloria, y lubricaba tanto que me imaginé la boca de mi padre llena de mis jugos. Lo masturbé con más fuerza y velocidad. ¡Dios! De verdad deseaba montarlo y que me rompiera el culo. No sería una mala idea ¿verdad? Iba a sugerirlo cuando, pero me daba un poquito de miedo. Por el momento yo ...