De cómo me convirtieron en una putita (3)
Fecha: 10/06/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
Le dejé un mensaje a mis padres diciéndoles que me iba a estudiar a la casa de un compañero de escuela y me fui a lo de don Natalio fijándome que no me viera nadie.
En cuanto llegué debí desnudarme y don Natalio me puso el collar, que me enloquecía de goce desde que lo probé por primera vez el día antes, al regreso de la veterinaria. Tomó el extremo opuesto de la cadena y me hizo dar una vuelta completa.
-Mmmm, ese hombre se va a volver loco cuando te vea así, desnudito y con el collar.
-Ay, don Natalio… -murmuré y después, venciendo mi timidez, le pregunté: -¿Usted cree que… que me… que me va a querer usar? –y sentí que el rubor encendía mis mejillas. Él lanzó una carcajada y dijo: -¡Te va a querer reventar a pijazos, nene! ¡Entre los dos te vamos a dejar el culo ardiendo!
Pasaron los minutos conmigo muy nervioso hasta que por fin sonó el timbre y don Natalio me dijo cuando los dos estábamos en el dormitorio: -Quietito ahí. –y fue a recibir al visitante.
Los oí hablar mientras venían por el pasillo y me estremecí cuando entraron al dormitorio, el señor Álvaro con dos bolsas en la mano derecha.
En cuanto me vio dejó caer las bolsas, abrió sus ojos al máximo y balbuceó: -Na.. Natalio, no se… no se puede creer lo que es este chico…
-Date vuelta, nene… -me ordenó mi dueño y yo obedecí, orgulloso de mi culo y feliz de poder mostrárselo al señor Álvaro.
-¡Qué culo! –gritó el visitante. -¡Qué banquete vamos a tener, amigo mío!
-Volvé a ponerte de frente, ...
... nene. –me ordenó don Natalio y obedecí, por supuesto.
-Qué lindo le queda el collar a su perrito, Natalio. –me elogió el señor Álvaro, que después recogió las bolsas del suelo.
-Le traje unos regalos, Natalio, en agradecimiento por compartir a su mascota conmigo.
-Pero, doctor, no se hubiera molestado…
-Estoy seguro de que lo que le traje le va a gustar, Natalio. –dijo el señor Álvaro mientras metía la mano en el interior de una de las bolsas y mi curiosidad crecía.
Con sorpresa vi que eran recipientes de ésos que se usan para que los perros coman y beban y de la sorpresa pasé a la excitación al imaginarme en cuatro patas ante esos cuencos.
-¡¿Me los trajo para que los use con mi mascota?! –quiso asegurarse mi dueño.
-Por supuesto, Natalio, y le traje algo más. –dijo el veterinario y sacó de la otra bolsa un paquete.
-Aquí tiene, Natalio, para que le dé de comer a su perro. Son galletas y espero que a su mascota le gusten.
Don Natalio tomó el paquete, con una expresión mezcla de asombro y entusiasmo en su rostro, en tanto yo me sentía cada vez más morbosamente excitado.
-Pero, ¿no se enfermará el nene de comer galletas para perros?
-No si se las da dos o tres veces por semana. Le explico, Natalio que los alimentos para perros contienen los mismos ingredientes básicos que la comida nuestra, como proteínas, carboidratos y grasas. Pero las proporciones no son las mismas, por lo que pueden llegar a ser dañinas para una persona si ingiere comida de ...