Una mujer enfurecida
Fecha: 07/11/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Manteufel, Fuente: CuentoRelatos
... las vidas de los demás. Habría oído sin duda los ruidos provenientes de su apartamento, y ahora salía a ver si se enteraba de algo del motivo de su aflicción. La anciana procuró disimular su sorpresa ante el atuendo y la actitud de su vecina, acercándose a ella para tomar juntas el ascensor. El perro, con mejor juicio que su ama, se apartó de Sonia todo lo que le permitía la correa. "Vaya, Sonia, que arreglada estás. ¿Vas a salir con alguien esta noche?". La respuesta desabrida y cortante de la joven la pilló desprevenida por completo. "Pues sí, querida vecina. Lo que aún no he decidido es quien será y si será uno o un grupo. Lo que puedo garantizarle es que para cuando amanezca un nuevo día, habré follado más que usted en toda su triste vida". La anciana señora Matilde, viuda de un fogonero de la RENFE, no daba crédito a sus oídos, la boca abierta en una grotesca mueca. El ascensor llegó a su planta, anunciándose con un "Ding!!". "Y será mejor que espere aquí con el chucho a que baje primero, porque como entre conmigo en el ascensor con esa cosa y me roce un milímetro de la pierna, lo ensarto con mis tacones. Como que no hay Dios". Así Sonia inició lo que iba a ser la más loca noche que había vivido hasta el momento. Lo sabía, y lo deseaba. El perro gimió mientras la puerta del ascensor era cerrada con un sonoro portazo, y la señora Matilde vio confirmada su impresión de que la juventud estaba endemoniada.
Sonia poseía un Porche descapotable, regalo de su padre cuando ...
... se graduó en la Universidad. No era uno de los modelos de gama alta... pero seguía siendo un deportivo descapotable de marca. Arrancó quemando llantas, y enfiló la ruta hacia una de las discos de moda de las afueras. En cierta manera la señora Matilda estaba en lo cierto, se encontraba posesa. De furia, de orgullo herido, de ganas de demostrar a la noche y a ella misma quien era la mejor, las más guapa, la más deseable. Apretó la palanca de cambio deseando que fuese el glande de su ex, para poder arrancárselo y dárselo de comer a las ratas. Tal era su ira, que no reparó en semáforos ni señales de tráfico. Tras saltarse un peligroso stop, ya en las afueras de la ciudad, Sonia reparó en las luces de un coche de la Guardia Civil de Tráfico que le indicaba el arcén. Al principio Sonia se enfadó más, pero la situación parecía sacada de un relato erótico, y su faceta de "femme fatale" disfrutaba de las posibilidades que ello le ofrecía. Así, detuvo su vehículo en el arcén, y se reclinó en el cómodo asiento de cuero, pasando un brazo por el reposacabezas del asiento del acompañante.
Era una de las nuevas patrullas unipersonales, y un agente de unos 30 años se acercó con cautela a su lado. Obviamente le costaba creerse lo que veía, pensando que debía ser una broma de sus compañeros, o tal vez un programa de cámara oculta. "Buenas noches, señorita". Tragó saliva con dificultad, mientras su mirada recorría el cuerpo que se ofrecía ante él. Debía ser una trampa de alguna clase... que ...