Le presté mi marido a mi hermana.
Fecha: 15/06/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: tolucossw, Fuente: SexoSinTabues
... la gozase. Le bajé los calzoncillos y la verga cayó sobre mi cara. La recogí con la boca abierta, usando los labios y la lengua y empecé a chupársela. Miraba hacia atrás, hacia la puerta, pero Tere no estaba. Así que me la metí más al fondo, sabiendo los ruidos que emanarían de mi boca. Cuando me ahogaba en su verga, a continuación la sacaba de la boca, con sonidos guturales y mis babas y fluidos profundos, mojando mis pechos. Me puse de pie y me quité la falda y las braguitas, pero me dejé puesto el liguero con las medias y el sujetador, pues no quería que mi hermana me hiciera más competencia en poner cachondo a mi marido. Juan me arrastró a la cama y se recostó, haciendo que le volviera a comer la polla, estando yo a cuatro patas, de espaldas a la puerta. Por su gesto, comprendí que Tere al fin estaba mirando. Yo no veía dónde estaba, pero le estuve manoseando la verga a dos manos y le lamía el glande con ruido. Luego me subí encima de él, de forma que seguía dándole la espalda a la puerta. Le sujeté la polla con la mano, me llevé el glande al chocho y me senté sobre su rabo, empalándome con un fuerte gemido. Me dejé caer y entró hasta el fondo, empezando a moverme con un vaivén de cadera. Tenía el coño hecho agua, y su gorda polla entraba y salía para mi locura. Como estaba frente a él, lo cogí de la nuca y gemí en su cara. Sin parar de moverme, me eché hacia atrás apoyada en los brazos y él empezó a mover la cadera. Yo tenía los ojos cerrados pues no quería ver a mi ...
... hermana aún, para tener la polla para mí sola un rato más. — Empuja así, cariño. Dame tu polla, entera. Entonces me dejé caer hacia atrás, quedando mi nuca en el borde de la cama, con la cabeza casi colgando. Puse mis piernas hacia arriba y dejé que me follase un rato. Empecé a sudar, notaba cómo caían gotas por mis pechos y me arrepentí de no haberme terminado de desnudar. — Hasta el fondo, dame, dame, fóllame fuerte. Entonces abrí los ojos. Teresa estaba dentro del dormitorio, justo frente a mí. Llevaba la camiseta de la mañana, sus pezones taladraban la tela. Me miraba, nos miraba, con cara de circunstancias, algo avergonzada. Desde mi posición, sentía la polla de Juan entrando y saliendo de mi coño mientras la veía a ella del revés. — Perdonarme que entre, pero es que quería saber si mañana… —no iba a permitir que sus inútiles excusas rompiesen el momento. — No te preocupes, cariño —la polla seguía bombeando, haciendo que me moviese con ella—. Levántate un poco la camiseta, anda, sólo un poco. Tere sabía lo que quería, y se levantó la camiseta, mostrando su sexo. Juan empezó a darme más fuerte, levanté la cabeza y lo miré. Estaba obnubilado con el coño de mi hermana, y me embestía como si yo fuese ella. Yo tenía una postura un tanto incómoda y me senté sobre la cama. Alargué la mano y, cuando Tere me la cogió, tiré de ella hasta nosotros. Llevé directamente su boca al rabo de Juan, y lo empezó a tragar mientras mantenía una mano recogiendose el pelo tras la oreja, ella ...