Me devoró el gitano
Fecha: 16/06/2021,
Categorías:
Sexo Interracial
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... tarde cuando recogiésemos a mi amiga Rosarito en la estación.
En aquel camping, que recuerdo se llama "La Jirafa Amarilla", vi que había una piscina, con una serie de gente bañándose. Familias y parejas. El coche se paró junto a una caravana cerrada que había cerca de la zona de la piscina. Yo me sentía algo rara, como mareada, supongo que eran los efectos de la cerveza que había bebido y a la que no estaba acostumbrada.
Don Rómulo me miró de una manera que me inquietó. Sonrió y colocó una mano en mi cabeza. Yo llevaba el pelo recogido en la nuca con una cinta, y él sacó la cintita y dejó libre mis cabellos. Sentí sus dedos en mi cara, y me puse algo nerviosa.
Salimos del coche. Me agarró de la mano y me llevó hasta la caravana. Yo no sabía que hacer, todo aquello era algo raro, pero yo no quería ser maleducada con el abuelo de Rosarito. Y era siempre un hombre muy atento y educado conmigo, aparte de aquella mirada extraña que siempre le notaba.
Entramos.
Había una cama-litera de matrimonio en uno de los extremos, una especie de cocina en el otro, una nevera, un televisor con un video, un armario y un lavabo con taza de water.
Don Rómulo me dijo que íbamos a bañarnos en la piscina, que nos cambiásemos. Yo me sentí parada, nerviosa, sentía una amenaza en desnudarme ahora delante del viejo gitano. Él lo notó, y se puso a reír.
Se quitó la camisa, las botas y los tejanos, y se quedó sólo en un bañador del tipo slip o tanga, de color negro, y los collares en ...
... el pecho.
Se le veía delgado, se le marcaban los huesos, pero no enfermizo, el cuerpo cubierto por un abundante vello, ya blanco por la edad, y un bulto considerable en el bajo vientre. Sentí que mi cara enrojecía al darme cuenta de que el anciano parecía tener un pene y unos testículos muy grandes…
Se cruzó de brazos, con cara burlona, esperando que yo me desnudase.
Yo no sabía que hacer, estaba mareada, en realidad lo que me habría gustado hacer era acostarme en aquella cama y dormir un rato, o por lo menos cerrar los ojos y estar tranquila, pero hice lo único que me pareció lógico para no parecer una tonta miedosa o maleducada.
Me quité la camiseta y me bajé los tejanos, y quedé desnuda, con sólo el minisujetador y el tanga de mi bikini tapando partes mínimas de mis pechos y mi sexo.
Estábamos al inicio del verano, y yo estaba todavía muy blanca y mis ojos supongo que mostraban mi desconcierto.
El me dijo que bueno, que fuésemos a la piscina. Me acerqué a la puerta de la caravana, donde estaba él, en medio, sonriéndome de una manera que ya no me gustaba.
Se apartó para que me acercase a la puerta. Fui a abrirla, cuando él, a mi lado, de pronto, me agarró por la cintura y la cadera, me giró hacia él, y me apretó contra la puerta.
Como yo no esperaba eso, me tomó por sorpresa, y, sin poder evitarlo, noté su cara en la mía, sus bigotes en mi nariz, sus labios apretando los míos –era la primera vez que un hombre me besaba- y su lengua luchando con mis ...