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La liberación
Fecha: 18/06/2021, Categorías: Masturbación Autor: Dama_x, Fuente: CuentoRelatos
... la agarró y empezó a chuparla, como si llevara toda la vida haciendo tríos. Sintió algo golpeando su clítoris, algo húmedo. Abrió los ojos y vio como Esther estaba lamiéndolo. Lamía su clítoris y la polla y los huevos de Gonzo entrando y saliendo de María. Esta cerró los ojos y siguió a lo suyo, chupando a uno y follando a otro, abandonada al sexo completamente. -¿Quieres probar una doble penetración niña? -dijo Gonzo-. Si no estás preparada lo entenderé. -Claro que quiero -tal era el estado en que se encontraba que hubiera hecho cualquier cosa. Javi se tumbó en el otro sofá. María se sacó la polla de Gonzo y se fue hacia él, montándolo de una vez. Su polla entró como en mantequilla. -Ayúdame Esther, vamos a preparar ese culito. Esther se colocó detrás de María y con las palmas de las manos abiertas abrió el culo de la chica. Escupió en el anillo para que Gonzo con un dedito lo estimulara. Entre los dos lo lubricaron, y empezó a meter un dedo. María empezó a sentir algo de dolor. Se tensó. -¿Sigo niña? -Si si, por favor, sigue. Sacaba el dedo y se lo daba a Esther para que esta lo empapara de saliva. Volvía a meterlo, cada vez un poco más hondo. Después de un rato estimulando, el anillo estaba preparado para algo más gordo. -Lubrícame chiquita. Esther chupó la polla de Gonzo, humedeciéndola bien. Cuando la tenía bien empapada la soltó y con las manos abrió el culo de María, ya si preparado para recibir a su amante. Colocó el capullo en el ...
... anillo dilatado. -Esto te va a doler niña, por luego te alegrarás. Empujó un poco y María chilló. Consiguió meter el capullo, aunque el dolor que sentía María era bestial. Esther con sus dedos le acariciaba el clítoris, para hacer más llevadero el dolor. -Poco a poco niña. Ya verás cómo cuela entera. Otro pequeño empujoncito. El culo de María ardía de dolor. Chillaba como nunca lo había hecho. -¡No pares! ¡No pares! La quiero entera dentro de mí. Cada empujón que daba el dolor era más y más intenso. Parecía que el culo le iba a reventar. Le dolía tanto que perdió la noción del tiempo, no sabía cuánto tiempo llevaba en esa postura. Ya ni siquiera sentía los dedos de Esther en su coño, junto a la polla de Javi. Con un último empujón, por fin sintió los huevos de Gonzo golpear sus nalgas. -Ahhhhh -gritó este. La empezó a besar la nuca. Susurrándole. Le decía lo mucho que le gustaba verla así de zorra y que le hacía disfrutar como pocas lo habían conseguido. Poco a poco fue moviendo sus caderas. La polla no entraba ni salía, solo le hacía mover en culo a su ritmo. El dolor fue dando paso al placer, poco a poco, conforme se iba relajando. -Así, sigue así, hazme correrme. Haz que tu puta se corra. Esas palabras estimularon a Gonzo, que se atrevió ya a sacar un poco para volver a empujar. El anillo estaba ya totalmente dilatado, se trataba solo de dejarse llevar. Ya no había dolor. Solo placer. Se relajó totalmente y empezó a disfrutar con las embestidas ...