1. Tomé a la hermana de mi novio


    Fecha: 18/06/2021, Categorías: Masturbación Autor: isabelxc, Fuente: CuentoRelatos

    ... rosados, gordos, carnosos y brillantes, unnnn; los chupé con mimo, ¡muy despacio!, retorciéndolos dentro de mi boca, entonces Alicia me dijo.
    
    — ¿Que me haces Isabel?, ¿no ves que se me va la cabeza?, ¡cuantos años perdidos Isabel!
    
    Acto seguido se corrió en mi boca, en mi barbilla, en mis pechos desnudos; su fuente me regó, y choreó por su coño hasta el ojete de su culo, a la altura del tablero de la mesa; le metí mi lengua bajo su cuerpo como una cuchara carnal, absorbiendo toda su esencia derramada, laminado la mesa y el ojete de su culo a la vez. Después nos acostamos en su cama, y le dije.
    
    —Alicia, ahora tú por favor, ¡cómeme el coño hasta que me corra de gusto!, por favor que estoy que ardo —Lo hizo muy bien.
    
    Mordió mi culo prieto, señalando sus dientes en mis cachetes, como una improvisada mujer loba de esas montañas. ¡Qué placer más grande!, "me metió su lengua entera en el agujero del culo", para lo cual me lo abrió tirando de mis cachetes con sus manos, como si mis glúteos fueran las hojas de una ventana, y jugueteó en el interior, ¡coño con la tímida pelirroja!, (pensé). Después me chupó el coño, estampando sobre mi raja su cara, ¡muy apretada!, y sorbiendo y gimiendo con mi sabor. Luego dilató mi vagina con tres dedos, paro un poco, sacando de la mesita de noche un aparato con dos penes de látex enormes y unidos.
    
    —Isabel, te presento a mi osito jajaj, me dijo mostrándome el aparato de doble pene. Ni corta ni perezosa me zampó en el coño la punta de ...
    ... ese "robot de vagina", ella accionó el botón y mi chocho comenzó a vibrar, ¡temblándome hasta el vientre!, me sentí extraña pero me gustó, animada ella, lo achuchó más adentro, metiéndome entero uno de los dos extremos de aquel aparato, ¡enorme!, ¡no sé cómo me entró! Luego se puso frente a mí e intentó meterse el otro extremo, yo la detuve, me saqué su juguete del mismísimo y le dije.
    
    —Déjame a mí meterte algo distinto Alicia.
    
    Acerqué mi mano derecha a su dilatado coño y le metí dos dedos, moviéndolos como si ordeñara su coño, después le metí los cinco dedos a la vez, solo en la entrada de su ser, los retorcí y se estremeció, apreté mi mano y le metí todos los dedos "hasta los nudillos", su vagina era una empanada abierta; ¡nunca le había hecho eso a ninguna mujer!, y se lo hice a una novata, que para colmo me dijo.
    
    —Méteme la mano Isabel, ¡ábreme! —me dijo, y sacó un tarro de vaselina de su mesita de noche entregándomelo.
    
    —Que ganas de ti Alicia —le hablé, y ella abrió más las piernas y cerró los ojos esperándome.
    
    Saqué mis cinco dedos que aún permanecían en su interior, los extendí y con la ayuda de la otra mano los impregne de vaselina; froté su sexo dejándolo brillante como un pollo para el horno. Volví a meterle mis cinco dedos ya impregnados de vaselina, los plegué entre sí como punta de lanza, encabezados por mis uñas pintadas de negro, cortadas y pulidas; apreté más y la mano entera se metió en su vagina, ¡yo estaba, muy, muy excitada!, ¡¡apreté más ...