1. Mi tía me sedujo III -Final


    Fecha: 21/06/2021, Categorías: Lesbianas Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos

    Decir que su cara estaba roja, era poco. No gritó, no golpeó la pared, no hizo nada. Se quedó plantada con los puños apretados y la cara en una mueca de visible furia.
    
    Yo no sabía qué hacer, pero, en retrospectiva, fue demasiado morboso. En ese momento, era lo último que pensaba… ahora que lo rememoro, puedo asegurar que fue de un morbo increíble.
    
    —Angélica – alcanzó a decir mi tía con la voz hecha un hilo – Vístete y haz el favor de salir de mi casa en este instante.
    
    —Si señora – contestó mi novia con la cabeza gacha y la cara roja de vergüenza
    
    —Mario, tu y yo vamos a hablar – sentenció mi tía
    
    Momentos antes, mi sentimiento de triunfo al notar la reacción de celos de mi tía había sido tan placentero; sin embargo, al ver su dolor y algunas cosas más que no dilucidé, el alma se me vino a los pies. Me sentía como el mayor idiota del mundo y me arrepentí al instante de mis actos.
    
    Angélica se puso rápidamente su ropa, aún con mi semen en sus tetas. Y pasó rápidamente al lado de mi tía para desaparecer tras el umbral de la puerta que había permanecido entreabierta. Mi tía, cerró la puerta, se volvió hacia mí y se acercó con paso decido.
    
    Su golpe fue duro, pero no merecía menos. Mi mejilla ardía, mientras la escuchaba llorar. “Por lo menos súbete los pantalones cabrón”. Cuando lo hice, ella se sentó en la sala y esperó a que hiciera lo propio. No podía mirarla.
    
    —Eres un hijo de tu puta madre – me dijo con una voz que audiblemente contenía furia y ...
    ... dolor
    
    —Tía… - comencé a decir pero me interrumpió
    
    —Te callas pendejo, porque vas a escuchar muy bien lo que te voy a decir. Yo no pretendía enamorarme y mucho menos de ti. Te ofrecí mi cuerpo, te di mi corazón… incluso te di culo, que era virgen… y así es como me pagas – me soltó casi al borde del llanto – Que poca madre tienes Mario… que poca madre… y para acabarla de chingar, en mi casa… Me cae que… que pinches huevos cabrón…
    
    —¡Si hice esto fue porque tú te alejaste de mí! – le grité al borde del llanto – Tú me obligaste a hacerlo. Tú me abandonaste.
    
    — ¿Acaso no te basto yo? ¿Acaso ella es mejor que yo? ¿Qué no tienes tetas y nalgas aquí? – me contestó enojada, pero también con lágrimas en los ojos
    
    —Tu eres la que ya no quiere estar conmigo… - le dije enojado
    
    —Si serás pendejo… ¡Lárgate de aquí! – me dijo levantándose – ¡No te quiero volver a ver! – y mientras me levantaba para irme agregó sollozando– Eres un pendejo… A mí también me pesa la distancia. Y hoy quería darte una sorpresa. Quería traerte aquí y volver a estar juntos… trazar planes para vernos… Pero la cagaste Mario… la cagaste…
    
    Si me sentía mal, aquello me tumbó. Salí por inercia y me encontré con Angie, quien estaba visiblemente preocupada. Le ofrecí llevarla a su casa y accedió de inmediato. No hablamos. No pasó nada. Yo tampoco quería hablar. Quizá aquella reconciliación tendría que esperar después de todo.
    
    Cuando volví a mi casa, encontré a mi tía en el umbral de la puerta.
    
    —¿Podemos hablar? ...
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