Trio familiar en la isla
Fecha: 27/06/2021,
Categorías:
Masturbación
Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues
... lentamente deslizó sus pequeños dedos hasta el interior de mí. Suspiré. MARA Mira qué caliente estaba la niña de papá. Y ella que decía ser la señorita moralidad, y vaya que ahora toda su conchita manaba agradables líquidos hacia mi lengua. Pero tenía que admitir que era riquísima, y no es que yo fuera una adicta a las vaginas. Me encantaba mas tener algo grande dentro de la garganta… Sus labios eran rosaditos, mojados por los jugos calientes y dulces que levantaba con mi lengua. La muy perra quiso cerrar sus piernas, pero yo se las abrí. —¡Mantenlas así! —le exclamé. Ella me miró sorprendida por mi grito, pero se sujetó las rodillas y me ofreció una hermosa imagen de su anito rosado. Rápidamente deslicé la punta de su lengua por ese pequeño orificio y ella se retorció. — ¡Ay! ¡No! ¡Allí no! —¡Cállate! —volví a gritarle, pero dejé ese sitio en paz. Obviamente el placer anal no lo conocía y no iba a molestarla. Me concentré más en ponerle empeño en el azucarado coño que me ofrecía. Yo estaba ida por primera vez, y no sólo por el sabor, sino por el desenfreno sexual que ella estaba mostrando. Daniela incluso tenía las manos dentro de sus tetas y se estaba pellizcando los pezones. Eso me encendió mas. Metí tres dedos. Exploré el interior. Ella se retorció. Masajeé suavemente su vientre y realicé toda clase de movimientos en su apretada concha. El clítoris palpitaba, el mío también. Fui más profundo, más profundo hasta querer romperle todo por dentro, hasta llegar al útero. ...
... Entonces Daniela gritó de una mezcla de éxtasis y entonces… ¡Se corrió! Me retiré de inmediato. Su coño… ¡estaba lanzando chorritos de líquido! ¡La perra era una squierter! ¡Una squirter! Parte de esos chorritos me dieron en la cara, otros en los labios y yo, por la sorpresa, rápidamente cubrí su vagina con mi boca y bebí las últimas gotas de su corrida. — ¡Ay! ¡Ay! ¿Qué…? ¿Qué fue eso? —¡Eres una jodida squirt, niña! ¡Literalmente lanzas chorros de placer! —¡Dios! ¡Dios…! —Oh, sí, ya lo creo —me reí y me limpié la boca. Durante un rato la pobre muchacha ni siquiera se pudo levantar. Cuando recuperó el control de sus piernas, se puso lentamente en pie y se vistió. —Gracias… —fue todo lo que me dijo —. Por favor, no le digas a mi papá que me corrí en tu boca. —No diré nada… pero ¡coño! ¡Qué vagina tienes entre las piernas, mujer! ¡Yo nunca me he corrido así! —¿De verdad? — ¡Nunca! Me he metido de todo en mi conchita… pero nunca me había brotado así. ¡Tienes tanta suerte! Sonrió, apenada. —Gracias… creo. Vamos. Mi papá nos estará esperando. DANIELA Cuando volvimos a la playa, Mara estaba guardada detrás de una piedra. —¿Qué haces, Mara? —Mira esa delicia… —¿Qué? No lo había visto hasta ese momento, pero en la playa estaba mi papá ¡desnudo! Se estaba bañando en la orilla y su pija flácida y gorda se balanceaba feliz y cubierta de arena. —¿No se te hace agua la boca? —Es mi papá… tonta. Usó ese pene para crearme. —Sí… y apuesto a que tu mamá gritó de lo lindo. —Cuando era niña, ...