1. Trio familiar en la isla


    Fecha: 27/06/2021, Categorías: Masturbación Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    ... sorprendida vi la facilidad con la que le entraba el objeto. ¡La hija de Leandro masturbándose! Era increíble. Y yo que pensaba que esa tía era alguna clase de mojigata que temía al nudismo. Me quedé mirando un buen rato. Ella se masajeaba el clítoris, se metía el cepillo al fondo de la conchita y luego, empapado de jugos, se lo llevaba a la boca y le pasaba la lengua. ¡Joder! Qué había venido aquí para que se me bajara la calentura y en vez de eso ahora estaba un poco más caliente de lo normal. Miré la otra puerta. El camarote de Leandro. Decidí hacerle una visita. Dejé a la chica masturbándose y entré. Estaba abierta la puerta. El papá, bueno… también era mi papá ¿verdad? Estaba durmiendo plácidamente y ¡desnudo! Bueno, claro que él también era nudista así como yo, y como mamá. Entonces… el pene flácido descansaba sobre sus piernas. Yo ya lo había visto así, pero erecto ¡jamás! Tragué saliva. Me aproximé con cautela y me senté en el borde de la cama para admirar esa polla hermosa y deliciosa. También el fibroso cuerpo del hombre, el que se cogía a mi mamá. Imaginé la boquita pequeña de Shaira mamando ese pedazo de carne, la cantidad de semen que saldría de sus huevos. Excitada por esa deliciosa imagen, me aventuré a tocar con la yema de mi dedo el tronco del miembro. Estaba algo caliente, y tenía unas pocas venas. Seguí tocando, sintiendo la textura. Tanteé los huevos, exploré el saco que los contenía y suspiré emocionada con el corazón latiéndome a mil. Entonces él ...
    ... despertó. —¿Qué haces? — ¡Ah! —grité, asustada y me levanté de golpe — . Perdón… perdón. Se miró la polla y luego, sonriendo, volvió a acostarse. —Está bien. Puedes mirar si quieres. —Ese es un gran… miembro —dije honestamente. —¿Estás asustada? No por mi verga, sino por la situación. —Ah… sí, un poco. Bueno sé que saldremos pero… —Lo haremos. Mañana iré a ver qué le pasó al bote. Deberías dormir. —No puedo. Tengo insomnio… —Te gusta lo que ves ¿verdad? No apartas la vista. —Bueno, claro que sí me gusta. Nos quedamos callados un momento. Papá me miró y se llevó una mano al pene. —¿Quieres tocarlo más? —Ah… no sé. —Me voy a casar con Shaira… por lo que tú eres mi hijastra. No tengas pena. ¿Pena? Qué era eso. Decidida, me acerqué a la cama y palpé tontamente el miembro con mi manita. Estaba más caliente, y pronto comenzó a ganar un tamaño considerable a medida que se iba excitando. Yo también. Notaba la humedad en mi vulva y el palpitar del clítoris. El calor que había en mi cuerpo era increíble. Él me tomó la mano y me indicó cómo debía masturbarlo. No es que yo no supiera, pero… era tan grueso que mi puño no lo cerraba. —¿Puedo… mamarlo? —le pregunté con pena. Él sonrió y asintió. Me pasé el pelo detrás de las orejas. Riendo de la pena, me metí el glande entre los labios y luego traté de hundirlo al fondo de mi garganta. ¡Qué ricura! Sentir el calor en mi lengua, cómo me llenaba y me obligaba a abrir la mandíbula… —Ah… sí. —Qué rica está —murmuré después de sacar el pene. Estaba ...
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