1. Trio familiar en la isla


    Fecha: 27/06/2021, Categorías: Masturbación Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    ... mirada. —¿Qué pasa, cariño? —Bu-bueno… no puedo dormir y pensé en que si podía quedarme contigo unos minutos —Ah… —Cuando era niña me dejabas dormir contigo y con mamá, y todavía no se me ha quitado eso. Lo siento, si te molesto… —No, no… claro. Pasa. Algo apenada por mi muestra de miedo infantil, entré a su camarote. Padre se recostó en la cama, y por su posición, el bulto de su polla era como una pequeña montaña. Yo traía sólo el brasier de mi bikini y unos shorts, porque hacía algo de calor. Además tampoco tenía más ropa porque en mis planes no estaba quedar atrapada en una isla. Me acosté junto a papá y le toqué una pierna. Estaba dura. Él se ejercitaba mucho, según noté. El abdomen tenía unos pequeños cuadritos marcados, y el pecho velludo, como a mí me gustaba, también estaba definido. —¿Qué pasa, hijita? —Nada, perdón. —Anda, ven, acuéstate. Extendió un brazo y yo me acomodé junto a él. Muerta de la pena, no quería estar más cerca de lo necesario. Sin embargo, cuando me besó la frente, evoqué esos recuerdos de niña, todo el amor que me había demostrado, y me sentí segura. Yo soy su hija. Ese amor incondicional está en mí de forma natural. —Papi… ¿te molesta si te abrazo un poco? —Claro que no, Dani. Lo hice con algo de inseguridad, y crucé una mano sobre su cuerpo para apoyarla en su pecho. Comencé a jugar con los risitos de su vello y dejé asentada la palma de mi mano sintiendo sus fibrosos pectorales y el latido de su corazón. Fue entonces que miré cómo el bulto le ...
    ... crecía y yo me ruboricé. — Se te está poniendo grande allí —dije con algo de travesura. —Es que… te seré sincero, Daniela. Me excitas. Eres mi hija pero aun así, me excitas mucho… —lo decía con vergüenza. Papá era nudista. Mamá también era nudista, pero en menor grado. Ambos practicaban sexo con quien se les pusiera en su camino y si querían. Pero de ellos, yo era la más recatada ¿por qué? No lo sé. A mí me daba vergüenza ir paseándome sin ropa por ahí. —Bueno… está bien. Soy una mujer y ya crecí. Mis tetas… mis nalgas… mis piernas. —Desde siempre has sido muy guapa, igual que tu mamá. Sonreí. En eso sí que era parecida a mi mamá. Subí una pierna sobre la de él y me abracé más fuerte. Esto hizo que su trusa se tensara más, y traviesa como una mujer que soy, bajé mi mano hasta su vientre. —Me estás excitando mucho, Daniela. —Dije que estaba bien, papá. Tú… bueno, ver esa montaña allá abajo me resulta algo perturbador, pero es un pene y yo soy una chica. Es natural que me guste una polla, aunque sea… —¿La de tu padre? Le miré y asentí inocente. —¿Quieres verla? —¿Me dejarías? Sólo… sólo quiero verla ¿está bien? —Claro, hija. ¿Por qué no me quitas tú la ropa? Me reí. Claro, me moría de la vergüenza, y no obstante, le quité las trusas a papá. Su pene saltó, semi erecto y comenzó a ganar tamaño rápidamente. Me volví a acostar junto a él, amodorrada como si yo todavía fuera una niñita temerosa. —Está grande. —La puedo mover, mira. Su pija brincó. Me reí y él, enternecido, me besó. ...
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