1. La tía Hilda


    Fecha: 10/11/2017, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Alberto S. Juar, Fuente: CuentoRelatos

    ... pasa la lengua por el vientre, me la chupa un poco.
    
    En una de esas se acomoda y entramos en un 69 de órdago. El gusto que tenía esa concha era salado y sabroso y yo le metía la lengua, los dedos, adentro y afuera y mi tía se retorcía toda y me mordisqueaba los muslos, la pija, me chupaba los huevos, hasta que en un momento me pasó un dedo por el culo… ¡Para que! Así como me paso el dedo, yo le metí un dedo y la empecé a pajear por el orto.
    
    ¡Cómo se puso! ¡Como si hubiera metido los dedos en el enchufe! Me apretaba la cabeza, me mordía la pija, se revolcaba, gemía, puteaba hasta que me dice:
    
    —¡Para guacho, para!
    
    Y poniéndose en cuatro me dice:
    
    —Se suave, Damián. Se suave y despacio…
    
    Cuando vi que me ofrecía el culo, casi me voy en seco. Le arrimo la poronga al orto y se la paso arriba y abajo, desparramando todos los jugos que había por ahí, la ensalivo bien y se la apoyo, empujando suave. Noté como se le iba abriendo el anillo anal mientras ella decía:
    
    —¡Ay, ay, ay, despacito, ay, ay…!
    
    Y apoyo la cabeza en la cama, levantando bien el culo, cosa que hizo que se le abriese un poco el anillo y le entró la cabeza.
    
    —¡AAAAyyyyyy! —grito— ¡para, para! —y yo me quede quieto.
    
    Notaba como le latía el orto y como ella apretaba y aflojaba, haciendo que la pija se me pusiera más dura todavía. Poco a poco, se empezó a mover como para sacarla y cuando estuvo casi afuera la metió de nuevo adentro. Afuera y de nuevo adentro, pero un poquito más, afuera y otra ...
    ... vez adentro otro poquito más, hasta que la tuvo toda adentro y mis bolas chocaban contra la concha de ella. En esa posición, le metí la mano en la concha, pellizcándole el clítoris y provocando que ella me empezara a putear y decirme un montón de cosas mientras, solita, se sacaba y se metía la poronga del orto.
    
    De repente empezó con:
    
    —¡Dame, dame, dame, concha, concha, dame, aaahhh, mas, mas, maasssss, assssiiiiiiii, asssiiiiiiii!
    
    Yo la saqué del culo y de un envión se la mandé adentro en el mismo instante que salía una cantidad de flujo viscoso y caliente, cosa que hizo que casi instantáneamente le acabara por segunda vez, adentro.
    
    Los temblores y espasmos que tenía en la concha me masajeaban la pija, pero no lograron que siguiera parada mucho tiempo más. Cuando la saco, casi muerta, la tía me la agarra y me la pajea, así como estaba, pero no consiguió nada.
    
    Al rato, unos 20 minutos, nos fuimos a duchar y debajo de la ducha empezó un manoseo bárbaro que terminó por resucitar al muerto y que mi tía se me prendiera del cuello con los brazos y de la cintura con las piernas y se la metiera bien adentro. La posición era incómoda para moverse, así que me salí de la ducha y apoyándole la espalda contra la pared, le empecé a sacudir pijazos desenfrenados, a los que la tía contestaba con gemidos a cada sacada y con quejidos a cada metida, pero pedía más y más. Habremos estado así unos 15 minutos, cuando yo, cansado, le dije de ir a la cama. Me tiró de espaldas y se montó ...