1. Mis sesiones más calientes con Roger69 (Parte 2)


    Fecha: 06/07/2021, Categorías: Intercambios Autor: Yolinda, Fuente: SexoSinTabues

    ... —Espero que también te hayas puesto el plug, si no tendré que castigarte. —Lo llevo, amo. Siento cómo se mueve dentro del culo cuando ando. —¿Y te pone caliente? —Mucho. Imagino que abre el camino para tu polla. —Esa es mi zorrita, muy bien. Como eres tan obediente, tu amo te ha traído un regalo, pero con la condición de que lo utilices enseguida —dijo, entregándome una bolsita—. Ábrelo. La caja era roja y no indicaba qué contenía, por lo que la abrí con mucha curiosidad. Descubrí un objeto cilíndrico, de silicona, y un pequeño mando a distancia. —Quiero que te lo pongas ya —ordenó, cogiendo el mando a distancia y guardándoselo en un bolsillo. —¡Oh! Sí, amo —respondí, excitada ya al imaginar lo que vendría—. Voy un momento al baño de la cafetería. Entré en el lavabo de mujeres y me encerré en uno de los reservados. Estuve observando un momento el aparato para descubrir cómo funcionaba y, en efecto, empezó a vibrar sobre la palma de mi mano. Me subí el vestido y aparté un poco el tanga, comprobando que mi vagina estaba ya muy mojada. Fue muy fácil introducir el huevo vibrador, que se deslizó entre los fluidos de mi interior y comenzó a estimular agradablemente mi punto G. La sensación era placentera, aunque no tan intensa como para alcanzar un orgasmo. Cuando salí del baño, vi que Roger se había instalado en una mesa del rincón, no muy lejos del hombre del maletín. Por suerte, ya no había tanta gente y el ambiente estaba menos viciado. Tomé asiento donde me indicó mi amo y ...
    ... bebí la bebida que había pedido para mí. A punto estuve de tirar el vaso cuando la vibración aumentó de improviso dentro de mi vagina. No pude evitar que se me escapara un gemido y me removí en la silla, intentando encontrar una posición que me aliviara. Apoyé las manos sobre la mesa y empecé a sudar mientras Roger me sonreía. —¿Te gusta mi regalo? —Ssssí. —No pareces muy convencida. Ya sé, lo que pasa es que mi zorrita necesita más intensidad. La vibración volvió a aumentar y me cubrí la boca para no gemir desesperadamente. Aquello era una tortura, estaba a punto de correrme pero no podía empezar a jadear en una cafetería llena de clientes. Me sentía incómoda, pero a la vez muy excitada. —Voy a correrme, por favor. —susurré en el oído de mi amo. —Eso es lo que quiero, zorrita. Córrete para mí. ¿Acaso no lo deseas? —Sí, ssssiiií. Roger me abrazó y me besó por primera vez, mientras metía una mano bajo mi vestido. Sus dedos acariciaron el vello de mi entrepierna y luego buscaron el clítoris. Sabía muy bien cómo tocarlo. Un intenso orgasmo recorrió todo mi cuerpo y en ese instante no me importó estar rodeada de gente, aunque la boca de mi amo acalló mis gemidos. —¿Sabes? Tenía pensado esperar hasta llegar al hotel, pero quiero follarte ya mismo. Vamos al baño —dijo, tomando mi mano y tirando de mí. Roger me condujo hasta el lavabo de hombres. Me bajó los tirantes del vestido y me desabrochó el sujetador. Empezó a chuparme y a darme mosdisquitos en los pezones, mientras el huevo ...