-
Nuestra vecina de 11, mi hermana y yo
Fecha: 08/07/2021, Categorías: Intercambios Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues
... cuestión de un par de empujones más y me derramaría en aquella candente vagina que tantas veces había hecho gozar. Me contuve, se la saque y esta vez se la ofrecí a Bea para que me la chupara. Era una golosa para mamar mi hermana. En cuclillas empezó a darme placer como toda una experta. Con las 2 manos agarrada al tronco mamaba cómo si en ello le fuera la vida. Me miraba como si midiera la intensidad del placer que me hacía sentir. Cualquiera que nos viera, quizá nunca se hubiera imaginado que dos chavales como nosotros gozáramos tanto el sexo. Flor seguía observándonos y cómo si apenas me diera cuenta me agaché para decírselo a Beatriz. Se lo dije al oído. También le dije que se tranquilizara, que había visto que se estaba masturbando. –Digámosle que venga – dijo mi hermana – Y como si ella tomará las decisiones empezó a llamarla sin alzar la voz. -Flor, Flor – cuchicheaba Beatriz - Flor. Ya te vimos, ven. Ven, no te metas el dedo que aquí te tengo un pajarote (Mi hermana le llamaba pájaro a mi verga) para que te quites las ganas. - Flooor – dijo esta vez Beatriz en tono melodioso – Flor ya te vimos. La vimos aparecer. Su rostro inocente aunque denotaba nerviosismo, duda y quizá un tanto de vergüenza de haberse visto descubierta. – Ven – la animó Beatriz quién seguía con mi verga entre mis manos – ¿Quieres chupar? Directo al grano. No era la hermana que conocía, pero quizá el estar con alguien un año menor que ella le había dado el valor que necesitaba en una situación, ...
... en donde también nosotros debíamos estar avergonzados. Fue la misma Beatriz quien la acomodo frente a mi para que ahora Flor fuera la empezará a chupar mi tranca. Lo hacía diferente, más torpe. Engullía más de lo que podía soportar y se atragantaba. – Metete menos - le increpaba mi hermana -. Su boca aún no siendo experta sabía delicioso, caliente como chocho excitado, húmeda, estrecha. Me gustaba ver cómo mi pene se veía grandísimo en esa boquita de niña de 11. Era indescriptible lo que me hacía sentir tener a Flor mamando mi pito. Lo había fantaseado, pero era más de lo que había imaginado. Ya empezaba a hallarle el ritmo, no en vano era asesorada por Beatriz quién hasta le ayudaba empujándola suavemente para que no se tragara más de lo debido. Agarrado a su cabecita yo la culeaba suavemente. - ¿Quieres que te la meta? Le pregunto mi hermana -. Asintió que si moviendo su cabeza y fue la misma Beatriz la que le saco los calzoncitos de figuras dejando ver ese chocho aún sin vellos, abultado y del que sobresalía una pepita como aleta de tiburón. Estábamos ocultos y sabíamos que difícilmente nos podían ver desde la casa, pero aún así nos adentramos un poco más entre los árboles de naranja hasta llegar a un claro cubierto de abundantes hojas secas. Nos pareció perfecto. Me quité la camisa y la coloqué sobre el suelo para que Flor se acostara quedando despatarrada ante mi mostrando ese chocho que era claro que ya había sido desflorado y seguramente por una buena verga. Beatriz ...