1. En la semana de Pascua


    Fecha: 10/11/2017, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... hecho.
    
    Casi a mediodía habíamos terminado el trabajo y fuimos corriendo a la playa para refrescarnos en el agua del mar, que estaba más fría que el clima exterior. Después de la carrera el agua estaba deliciosa, fría al principio y después en la justa medida y nos quedamos allí bastante tiempo, hasta que nos apretó el estómago y decidimos ir a comer un par de bocatas en un quiosco cercano, con la idea de trasladarnos en otra carrera hasta la zona nudista, donde estuvimos, ahora sí, sin el short, y yo me prendía de la polla de mi primo Matías, aunque también me di cuenta que él miraba de vez en cuando la mía, ya que es algo más larga que la suya, aunque no tan gruesa. Así estuvimos hasta el anochecer, jugando, nadando y tomando el sol. Cuando el sol desapareció, emprendimos la carrera de regreso al camping.
    
    Al caer la noche, fuimos a comer algo y devoramos los sándwiches que habíamos traído. Luego llegó la hora del baño, ya estábamos de puta miseria, con el sudor pegado, la barriga llena empujando y se hacía necesario evacuar, nos veíamos con el sudor pegado al cuerpo y seco de ir mezclado todo el día con sal y arena de la playa.
    
    Las duchas no tenían cortinas, pero estaban separadas por cubículos estrechos, así que descartado todo eso de ducharnos a la vez juntos. Así que no podía seguir mirando mucho y deleitarme viendo la polla de Matías que tanto me había deleitado en la playa.
    
    Mientras me quitaba la ropa, entré en el cubículo y abría la ducha y me mojaba el ...
    ... agua, sentí de pronto mucho frío, gracias a lo cual pude refrescar un poco los pensamientos libidinosos que tenía con respecto a mi primo al que sentía claramente qué parte de su cuerpo lavaba ya que estaba en la ducha de al lado.
    
    Cuando acabé y salí, él ya estaba terminando de secarse y pude disfrutar algunos momentos contemplando ese culo oscuro, aunque un poco más claro que el resto del cuerpo; miraba sobre todo unos pelos muy finos que cubrían las nalgas, pero que se iban volviendo más voluminosos a medida que se acercaban a las piernas.
    
    No voy a negar que mi polla saltó y se puso en dirección a él, señalando su culo, por lo que tuve que dar la vuelta para disimular un poco. Matías ya se estaba dando la vuelta para hablar conmigo y se dio cuenta de mi extremada situación. Con un amago de sonrisa, me miró descaradamente y me dijo:
    
    — La natación y el entrenamiento con pesas ya están dejando tu cuerpo bien definido para tu edad, primo Lucho.
    
    De hecho, yo siempre había sido un adolescente un poco regordete, pero ahora también tenía brazos y piernas fuertes, así como un pecho bien definido y plano el abdomen, aunque sin total definición.
    
    —Sí, pero todavía tengo que trabajar lo suficiente para ser como tú, —dije esto, mientras me puse rápido mi bóxer negro, esperando camuflar la erección notable que tenía, pero a la vez me remarcaba mi espacio en contraste con mi piel excesivamente blanca.
    
    Obviamente estaba satisfecho con el cumplido y pude mirar tranquilo el ...
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