1. Era caprichosa, mimosa y traviesa (Parte 3)


    Fecha: 11/11/2017, Categorías: Transexuales Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    El sábado siguiente, por la tarde, las dos monjas volvieron a llamar al timbre del pazo, Félix, las vio en la pantalla de la cámara del telefonillo, y le dijo a su hija:
    
    -Ahí están tus amiguitas.
    
    -¿Lina y Pili?
    
    -No, las monjas.
    
    -¡Sabía que volverían! Una para ti y otra para mí. Pero habrá que pagar otra vez.
    
    -Por dos virguitos se paga lo que haga falta.
    
    -Abre el portal, y desaparece hasta que las tenga calientes...
    
    Mery les abrió la puerta del pazo y las mandó pasar. Se sentaron en el mismo sitio de la vez anterior.
    
    -¿Qué os trae por aquí?
    
    Le respondió sor Patricia.
    
    -El cheque.
    
    -¿Qué le pasa al cheque?
    
    Se lo devolvió.
    
    -Queremos que nos haga dos cheques, uno a mi nombre y el otro a nombre de sor María. Vamos a dejar el convento y vivir juntas.
    
    -Vaya, lo que puede hacer el poder del sexo.
    
    -Del amor, señorita, el poder del amor.
    
    -Necesitaréis más dinero. ¿Qué os parecería si os hiciese un cheque por 24.000 euros?
    
    Sor Patricia, le preguntó:
    
    -¿Qué deberíamos hacer?
    
    -Ayudarme a darle un masaje al diablo... y a follarlo bien follado.
    
    Las monjas se persignaron. Ahora la que preguntó fue sor María.
    
    -¡¿Conoce a Lucifer?!
    
    -No, conozco a Félix, y es un diablo en la cama.
    
    -¿Quién es Félix?
    
    -Mi padre.
    
    -¡¿Ha fornicado con su padre?!
    
    -¿Qué tiene más delito, follar con dos monjas o con el padre de una?
    
    -Esta es la casa del pecado.
    
    -¿Vais a seguir pecando y os extiendo el cheque grande u os extiendo el ...
    ... pequeño?
    
    Sor Patricia, no tenía dudas.
    
    -El grande. Ya va siendo hora que mi chochito sepa lo que siente con un rabo dentro.
    
    Sor María era más reticente.
    
    -¿Y si el viejo es feo y le huele mal el aliento y...?
    
    Félix, con su pelo cano y su tipazo y cara de galán, entró en la sala de estar, y le dijo a sor María:
    
    -Ni soy feo ni me huele el aliento.
    
    Sor María, al verlo, cambió de opinión.
    
    -Si hay que hacer un sacrificio, se hace.
    
    Mery, estaba impaciente.
    
    -Vamos para mi habitación.
    
    Ya en la habitación, les dijo Mary a las monjas:
    
    -Desnudar a mi padre.
    
    Sor Patricia le quitó la camisa blanca y sor María, el cinto y le abrió la bragueta del pantalón de tergal. Apareció el bulto de la polla en el calzoncillo. Sor Patricia le quitó los zapatos y lo calcetines. Mery, se metió entre las dos monjas, le bajó el calzoncillo. La polla tiesa quedó mirando hacia delante. Sor Patricia, exclamó:
    
    -¡Es enorme!
    
    La polla no medía más de 15 centímetros y era delgada, pero como las monjas no habían visto otra, también para sor Patricia era inmensa.
    
    -¡Nos va a romper el chochito!
    
    Meri, se puso en cuclillas, cogió con la mano la polla de su padre y comenzó a hacerle una mamada. Sor María, le dijo:
    
    -¡Cochina!
    
    Sor Patricia, le preguntó:
    
    -¿A qué sabe, señorita?
    
    -Prueba, Patricia, prueba y lo sabrás.
    
    Sor Patricia, no se cortó, se agachó, metió la polla en la boca, la mamó, y masturbando a Félix, tal y como había visto hacer a Mery, dijo:
    
    -Sabe a ...
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