1. Mi mejor amiga


    Fecha: 12/11/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... hasta casa de Ana, solo hablamos de sexo. Como se comportaba mi ex en la cama, lo que más le gustaba sexualmente a Juan, fantasías sexuales que no se hubiesen cumplido, casi ninguna dijimos las dos al unísono, riéndonos como dos adolescentes. Al llegar a casa, Ana sirvió una copa, y nos sentamos cómodamente en el sofá y recordamos nuestras experiencias de adolescentes. Hablar de sexo me excita y más supongo si llevas un tiempo sin practicarlo, no obstante ninguna de las dos daba el primer paso. Al cabo de un cierto tiempo Ana tomó la iniciativa acercando sus labios a mis labios, cuando se juntaron las bocas y las lenguas se entrelazaron, noté una electricidad recorriendo mi cuerpo, mis pezones se endurecieron y mi vagina se llenó de fluidos. Al cabo de un cierto tiempo Ana separó sus labios de los míos y me preguntó:
    
    Estábamos tan absortas con nuestra conversación que no oímos abrirse la puerta de casa, apareciendo de pronto Juan en el salón. Con un movimiento instintivo, intenté abotonarme la blusa que había quedado abierta, dejando entrever mis senos, debido al escarceo mantenido anteriormente. Esto no pasó desapercibido para Juan que mirándonos sonriente dijo:
    
    La verdad es que los elogios de Juan eran un regalo para mis oídos y noté la mirada de deseo que había en sus ojos y la alegría de Ana, y por que no, mi excitación también había aumentado y mis bragas estaban totalmente mojadas.
    
    Baje la mirada hacia la parte de los pantalones que ocultan el sexo, y se le ...
    ... apreciaba un bulto notable. Yo estaba tan excitada que solo deseaba que Ana y Juan me llevaran a la cama, e hicieran conmigo lo que quisieran, que por mi parte no opondría ninguna resistencia. Y justo en este momento, Ana se acercó volvió a besarme, mí lengua buscó la suya, sus manos recorrieron mi cuerpo y cuando llegaron a mi sexo al tocarme las bragas, dijo a Juan:
    
    Juan se fue y Ana me dijo:
    
    Ana me sacó la blusa y la falda, dejándome puestos sostenes, bragas, medias y ligueros con los zapatos de talón, según ella, vestida de esta manera yo, volvería loca a Juan.
    
    Ana no me dejaba un instante, quería que me sintiera tranquila, fuimos a la habitación, me tendió sobre la cama, poniéndose ella de rodillas junto a mi cabeza. Juan no estaba en la habitación, oímos correr el agua de la ducha y Ana le dijo:
    
    Ana se quedó con las mismas prendas que yo, se sentó a la cabecera junto a mi cara, besándome cariñosamente y acariciándome todo el cuerpo, diciéndome lo mucho que me quería. Mis manos recorrían su cuerpo. Apareció Juan, secándose y con una toalla envuelta en su cintura, acercándose lentamente, se subió por los pies a la cama, y fue a encontrarse con Ana besándola con pasión en la boca, quedando mi cara a escasos centímetros de su pene.
    
    Yo, estaba tan caliente que encontré largo aquel beso, y sentía deseos de interrumpirlo, sin embargo todo llega, cuando Juan dejó de besar a Ana, se inclino sobre mis labios y yo instintivamente abrí mi boca, dejándole espacio para ...