1. Nadia, mi encule persa 4


    Fecha: 02/08/2021, Categorías: Hetero Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    El cierre de su ajustado vestido lo he bajado hasta el nivel de su cintura. Nadia me asiste con cierto nerviosismo, pues ahora con las luces apagadas no he logrado ver que el vestido tiene un botón al nivel de su cuello. Mi ansiedad es tal que quiero liberar sus magníficos pechos de la presión de su sostén, pero también en ello encuentro dificultad, pues me entretengo besando su cuello mientras mis manos buscan por sobre su espalda los broches de su sostén sin hacer contacto con ellos. Ella me vuelve a asistir, pues aquella mecánica se hace desde el frente de su sostén, no como tradicionalmente lo he hecho en otras de mis pocas experiencias a los 19 años. Con una luz difusa que apenas logra entrar en algo entre las aberturas reducidas de las cortinas del hotel, puedo identificar su areola y he comenzado delicadamente a lamer la zona de sus pezones: Nadia solo gime tímidamente y nos hemos quedado en posición transversal en relación a la cama, aun con nuestros pies afuera de ella.
    
    Su vestido todavía sigue cubriendo en buena parte sus piernas, pero puedo ver el color de su prenda interior que es un bikini blanco bastante pequeño, sin llegar a ser una tanga. Me llega a la mente que Nadia es totalmente mía, aunque tengo la condición de no penetrarle su conchita, y en aquel estado mitigo mis ansias, pues de hoy en adelante conviviré con ella y me tomo el tiempo saboreando cada milímetro de sus ricos pechos. En aquella faena, jugando con sus dos pezones hasta llegar a su ...
    ... ombligo, me da la oportunidad de totalmente deshacerme de su vestido. Nos hemos acomodado en la cama y ella sigue por sobre su espalda y ahora loúnico que le cubre su virginal sexo es un pequeño trapo blanco que delinea como en una obra maestra el monte de venus. Yo continúo bajando con mi lengua entre sus dos pezones y el ombligo, y poco a poco bajo a su zona púbica por sobre su bikini.
    
    Nadia gime tímidamente y ha puesto sus manos sobre mi cabeza cuando he llegado cerca besando su entrepierna. Creo que no lo esperaba, no sé si sabe que todo aquello es parte de hacer el amor. Huelo sus jugos vaginales que han mojado toda esa zona estrecha de su calzón, y mis ansias se elevan y mi corazón ha elevado su ritmo. Por sobre su prenda interior, he llegado a su conchita y he puesto mi lengua por sobre su clítoris el cual puedo sentir tiene una pulsación tan intensa como mi ritmo cardiaco. Mi altura y mis brazos largos, me dan la ventaja de poner mi lengua en su clítoris, mientras sigo masajeando con mis dos manos sus erizados y erectos pezones. Nadia calla, como si presintiera que aquella misma sensación que experimentó meses atrás en la piscina, rondaba de nuevo en su ser. Cuidadosamente sigo mi masaje con mi lengua sobre su clítoris, el cual ahora succiono cuidadosamente y ella al igual aplica un poco de presión porque esos pequeños choques electrizantes comienzan a llegar hasta su cerebro. Cinco o siete minutos han pasado desde que comencé a succionar su clítoris y siento como su ...
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