1. Perversos vecinos (Parte II)


    Fecha: 07/08/2021, Categorías: Confesiones Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... masturbarla con su mano libre, lentamente, en ese momento me sentía puta, inconscientemente pasé la lengua por mis labios, humedeciéndolos, muerta en deseo, creo que él lo notó puesto que se dibujó una sonrisa en sus labios, fue entonces cuando mi vecina dejando de chupar me dijo
    
    —Quieres? hay para ambas…
    
    Seguía sin largar palabra, ella entonces empezó a lamerla a un costado, desde la base, dejando unos quince centímetros libres, Adriano estiró su mano hasta mi nuca y empezó a llevarme hacia ella, me entregué, cerré los ojos y sentí la delicada piel de su glande acariciar mis labios, abrí la boca y con esfuerzo permití su ingreso, se sintió tan rica…
    
    El me mantenía con firmeza y hacía que su verga se incrustara casi hasta mi garganta, Paula lamía el resto, entre ambas le comíamos la enorme pija, había carne de sobra…
    
    El me soltó, y entre las dos le lamíamos su verga de punta a punta, sabía tan rica, estaba tan necesitada, los labios de mi vecina pasaban tan cerca de los míos que me causaban raros escalofríos, su sabor era exquisito, me perdía en placer, Adriano de pronto volvió a tomarme por detrás de mi cabeza y empujó profundo, más profundo, tanto que no pude evitar rechazarlo y empezar a toser atragantada, Paula soltó una carcajada y me dijo
    
    —Tranquila, tranquila, es solo saber relajar los músculos de la garganta y aprender a respirar, mira, te enseño…
    
    Aun con los ojos cubiertos en lágrimas pude ver como mi compañera comenzaba a empujar la verga de su ...
    ... esposo, adentro, más adentro, poco a poco fue desapareciendo, su garganta pareció ensancharse, sentí una loca envidia cuando todo desapareció a mi vista y aun le sobraba para estirar la lengua y lamerle los testículos, una y otra vez…
    
    Al fin Paula dejó de hacer esa envidiable garganta profunda y me dijo:
    
    —Ves? Es fácil!
    
    Entonces ella tomó mi nuca y me llevó nuevamente hacia su esposo, pero su verga volvió a topar con premura en mi garganta, apenas podía respirar, ellos lo comprendieron, y mi vecina entonces masturbó con ritmo la parte del tronco que quedaba afuera, ritmo, ritmo, más ritmo, debía detenerlo, pero no podía, la mano que me apretaba la nuca era una perfecta excusa…
    
    Mis manos estaban como clavadas en las piernas musculadas de Adriano, de pronto comenzaron a contraerse, fue lo primero que sentí, debí retirarme, me daría asco, pero estaba como paralizada, cerré los ojos, su verga se endureció más, se contrajo, al fin…
    
    Un certero disparo de placentero y exquisito semen invadió mi boca, algo fue directo a mi garganta, otra parte recorrió mis muelas, mi lengua, otro disparo, y otro, el placer de ese amargor especial, era tanto que empezó a escapar por mis labios, no podía respirar…
    
    Al fin me zafé para tomar aire, con la boca entreabierta, la leche chorreó por mis labios, por mi pera, había sido demasiado… sentí mi concha hervir, miré a mi vecina, su pecho izquierdo había escapado de la remera, y se pezón resaltaba a mi vista, solo pude apenas mirar, Paula ...
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