1. Mi hermanita de 13 añitos


    Fecha: 09/08/2021, Categorías: Hetero Autor: vianca, Fuente: RelatosEróticos

    ... se
    
    despertara así, así que no hice nada de eso.
    
    En otra ocasión, ella estaba durmiendo boca abajo, así que no
    
    pude besarle la vagina. Pero me encontré con su anito, así que para experimentar
    
    lo empecé a lamer, pasándole la lengua alrededor. Me sorprendió que me excitara
    
    bastante, así que desde entonces ya no me importó que ella durmiese de barriga o
    
    de espaldas.
    
    Una vez en que estuve muy excitado, me masturbé frente a ella
    
    y eyaculé sobre su coñito. Una vez que mi orgasmo acabó, acaricié su vulva con
    
    mi pene, esparciendo mi semen por su entrepierna. Aún recuerdo lo suave que era
    
    el contacto de mi sexo con su sexo, con mi esperma sirviendo de lubricante. Por
    
    supuesto que no me compliqué pensando que ella pudiese quedarse embarazada, ya
    
    que ella sólo tenía 13 años. Cuando terminé de jugar con ella, la limpié con un
    
    kleenex y la volví a tapar.
    
    Pero los juegos seguían de día. A pesar de que con ella
    
    durmiendo yo podía hacer muchas cosas, era más entretenido tenerla a ella
    
    despierta. Un juego al que yo la llevé fue el del "caballito". Yo me acostaba en
    
    mi cama, boca arriba, y ella se sentaba sobre mí, y yo la tomaba de la cintura y
    
    la movía de atrás a adelante, simulando que yo fuese un caballito. Ella sonreía
    
    con inocencia, quizás sin darse cuenta de que era casi como si la follase a
    
    través de la ropa, porque antes que ella me montase yo ponía mi pene de tal
    
    forma que ella lo frotase con su sexo. A ella le gustaba ...
    ... este juego, y muchas
    
    veces llegaba a mi pieza para jugar al caballito. A mí también me gustaba,
    
    claro, porque era casi una masturbación con ella. Además, aprovechaba de que
    
    tenía mis manos en su cintura para acariciarle el culito, que lo tenía muy rico.
    
    Un día ella estaba acostada en mi cama, boca abajo, mientras
    
    leía una revista. Yo le acariciaba el trasero a través de su camisón, pero
    
    estaba tan excitado que mis manos bajaron a sus piernas desnudas y empezaron a
    
    subir, sin notar ninguna resistencia. Mis manos llegaron a su ropa interior, y
    
    siguieron tocándole el trasero, sobándoselo y amasándolo. Mi hermana seguía
    
    haciéndose la distraída. Yo tenía claro que ella se daba cuenta de lo que hacía,
    
    pero quizás por vergüenza no decía nada. Pero si tampoco se quejaba, supuse que
    
    era porque le gustaba. Pero no estaba seguro. Con inseguridad le quité los
    
    calzones y toqué su potito de nuevo. Como no obtuve respuesta, le acaricié la
    
    vulva con inseguridad, tocando sus labios mayores, descubriendo su clítoris,
    
    aprendiendo como era el cuerpo de una mujer, aunque fuese una niña. Era
    
    exquisito. Me sorprendía la indiferencia de ella: mientras mis dedos trataban de
    
    masturbarla ella seguía leyendo su historieta, dando vuelta la página de vez en
    
    cuando. Así que me atreví. Acerqué mi rostro a su conejito y le di un beso. Y
    
    entonces ella habló: "Eso no me gusta". Entonces tuve que aceptar que sólo
    
    podría comerle el coño de noche, mientras ...