1. El chabolista del puerto


    Fecha: 12/08/2021, Categorías: Lesbianas Autor: danisampedro91, Fuente: CuentoRelatos

    ... la entrada, hasta que en un momento apareció junto a nosotros. Listo le dijo Fernando a Pedro el chabolista. Bien quédate y síguele enseñando a Dani la chabola y el trabajo que aquí se realiza.
    
    Fernando siguió enseñándome todo, hasta que llegamos donde estaba el aseo y la ducha. Allí empezó a meterme mano y abrazarme, diciéndome que quería volver a follarme.
    
    ¡Me vuelves loco, mariconcito! Muero de ganas por ponerte en pelotas, y follar ese culito que tienes.
    
    Me tenía rodeado por la espalda con sus brazos, e iba magreándome por todas partes. Con la boca me mordía la nuca, parte del cuello y orejas, mientras con sus manos agarraba mi polla y huevos sobándolos por encima del pantalón.
    
    ¡Quiero meter de nuevo mi polla en tu precioso culito, y estar d nuevo dentro de ti, para inundarte de semen este culito, que me vuelve loco!
    
    ¡Anda, dime que estás deseando que te dé por el culo, anda pídemelo maricón!
    
    ¡Dime que deseas que te preñe este culito!
    
    Joder, estoy cansado, y necesito darme una ducha y relajarme, mejor dejarlo para otro día.
    
    No, no mariconcito, no puedo dejarlo, me tienes los huevos que reviento, hoy vas a ser mío como Fernando me llamo.
    
    Estaba empezando a desabrocharme el cinturón del pantalón, y me seguía teniendo aprisionado con sus brazos por la espalda. Ahora ya empezaba a desabrocharme el pantalón, hasta que consiguió bajármelo, para luego bajarme el slip, y llevar ambos hasta los tobillos.
    
    Mira, si ya tienes la pollita dura y ...
    ... empalmadita, me decía mientras acariciaba la misma.
    
    Se que lo estás deseando, maricón, mueres de ganas por que te vuelva a dar por el culo. Si hasta estás temblando, ¡sí que me saliste bien maricón! Luego fue subiendo sus manos por mi vientre, llevando con ellas la camiseta hasta conseguir sacármela por la cabeza. Una vez la hubo sacado, la tiró al suelo, me dio la vuelta, y se apoderó de mí boca, metió su lengua en mi boca, como si le fuera la vida en ello, me dejaba casi sin aliento ni poder respirar. Me saboreó por todas partes, me fue lamiendo hasta llegar a mis pezones, para empezar a mordisquearlos, ¡ay maricón, me vuelves loco!
    
    Yo ya no paraba de jadear y gemir con aquella avalancha de caricias que estaba recibiendo, sin poder apenas defenderme. Pero aquel macho era mucho más fuerte que yo, y la calentura y excitación que iba creciendo en mí, me iba haciendo claudicar, ¡aaahhh, no, no, para por favor, aaaahhh!
    
    Calla, que sé que lo estás deseando, me decía cuando me sacó los zapatos. Levantándome con uno de sus brazos, terminó por sacarme el pantalón y slip. Ahora ya me tenía completamente desnudo, anda saca mi polla y ve desnudándome, que quiero poseerte y descargar toda la leche que tengo en los huevos, para este culito que me vuelve loco.
    
    Me bajó al suelo, y sin dejar de abrazarme, fui desabrochando aquella funda que llevaba puesta; era un buzo de trabajo como le llamamos aquí, consiste en una funda de una sola pieza, con una cremallera que va desde la polla hasta ...
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