1. El chabolista del puerto


    Fecha: 12/08/2021, Categorías: Lesbianas Autor: danisampedro91, Fuente: CuentoRelatos

    Habían pasado varios días desde que me habían sorprendido y follado en la fábrica abandonada, el día que había salido del puerto sin tener suerte a la hora de conseguir trabajo. Pero por suerte, al día siguiente había encontrado trabajo en el puerto; era en una descarga de pescado congelado, con la que al menos tendría trabajo para 7 u 8 días; por lo que no tuve necesidad de recurrir a lo que me había dicho aquel hombre que me había sorprendido y prácticamente violado; aunque hubiera sido una violación consentida, y hasta placentera e incluso deseada por mi parte; en aquella fábrica abandonada. Estaba recordando el placer que había sentido cuando me dio por el culo y lo rico que sentí cuando eyaculó dentro de mí culito. No fue como el día que me desvirgaron; ese día había sentido como eyaculaban dentro de mi culo, notaba como iba descargando el semen dentro de mí; pero sí había sido muy placentera esa nueva follada de mi culito.
    
    No aceptaba mi homosexualidad; prefería pensar que era bisexual; pero la realidad se iba imponiendo cada día que pasaba. Me había gustado que me dieran por el culo, y cada vez era más evidente que lo que me excitaba y me calentaba de verdad, eran las pollas. Cada vez que veía una revista pornográfica, lo que buscaba y me ponía a 100, era ver las pollas de los tíos. Deseaba tocarlas, mamarlas, y que me abrieran el culo con aquellas pollas, eso era lo que realmente me excitaba de verdad, no podía negarlo, aunque quisiera reprimirlo. Podía tratar ...
    ... de engañarme, pero la mente siempre volvía con aquellos pensamientos lujuriosos, y cada día que pasaba, las ganas de que alguna polla me diera por el culo eran mayores.
    
    Aquel día estaba en la hora de la comida; parábamos una hora para comer; empezábamos a trabajar a las 8 de la mañana, y terminábamos a las 7 de la tarde; solo parábamos esa hora para comer algo. Yo cómo la mayoría de la gente, lo hacíamos en el bar del puerto, o en el bar de la cooperativa. En esos días lo hacía en el bar de la cooperativa, ya que me quedaba más cerca del trabajo. Sumido en mis pensamientos; estaba recordando la noche que me sorprendió en aquella fábrica abandonada, aquel pedazo de macho y el susto que había llevado. Recordaba la follada que me había dado, y me estaba poniendo cachondísimo; tenía la polla tiesa a más no poder, recordando aquello. Lo que no terminaba de convencerme fue lo que me había dicho al final; tener que compensar por ayudarme a conseguir que el chabolista me diera trabajo; que estaba seguro le iba a gustar mí culito. Una cosa es que pongas el culo porque te gusta, pero otra muy distinto es tener que ponerlo para poder trabajar; yo sería todo lo maricón que quisieran, pero aquello me sonaba a prostitución.
    
    Sumido en esos pensamientos, cuando de repente noto cómo una mano me zarandea; ¿eh, no saludas a los amigos?
    
    Miré a la cara de la persona que me zarandeaba cuando al reconocerlo, me empecé a ruborizar y poner colorado y sentir una tremenda excitación. Hola, le ...
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