1. Ven aquí, peque.


    Fecha: 14/08/2021, Categorías: Confesiones Autor: honeypie, Fuente: RelatosEróticos

    Serénate, por dios. Respira hondo... coge aire, suelta aire, coge, suelta, coge... La señora que tengo al lado empieza a mirarme mal. Me limito a observar el paisaje, aunque por dentro esté hecha un manojo de nervios. ¿Le gustaré? Mira que venir en vaqueros... pero era necesario, parte de la tapadera. Al igual que la mochila en la que van mis patines, porque anoche le dije a mamá que pasaría la mañana haciendo el ganso por ahí con un par de amigas, y ella, se lo había creído. Tampoco había una razón para que no lo hiciera, en mis quince años de existencia apenas le he dado quebraderos de cabeza. Digamos que soy una buena chica.
    
    El autobús se para y me levanto torpemente del asiento. Una vez fuera veo todo el bullicio de la estación y, no sé por qué, me siento observada, aunque nadie iba a ir a fijarse en la chica del montón con melenita rizada oscura y mirada marrón. Saco de la mochila el mapa con el recorrido explicado y tras comprar el billete de vuelta para luego, salgo de la estación.
    
    En lo que me dirijo al lugar acordado, empiezo a preguntarme qué narices hago yo en medio de esa ciudad, sola. Pero sigo caminando; me pierdo un par de veces antes de llegar y... aquí estoy, casa número 5. Espero en la puerta, como él me dijo y me siento en el escalón con la cabeza agachada, tal vez por miedo a que alguien me reconozca y, tras unos minutos, veo los pies de alguien que se para frente a mí.
    
    - Hola, chiquita - me dice con esa voz que me trae de cabeza.
    
    Me levanto de ...
    ... resorte y me limito a sonreír tontamente. Él me devuelve la sonrisa y eso me tranquiliza un poco.
    
    - ¿Pasamos? - pregunta a la vez que abre la puerta.
    
    Entro, y toca al portero automático.
    
    - Tenía muchas ganas de verte.
    
    - Yo también - ¡milagro, no se me ha trabado la lengua!
    
    - Seguramente no le guste a una niña tan linda como tú...
    
    No puedo evitar reír y por toda respuesta acerco mis labios los suyos de forma fugaz, presionando suavemente y regalándole mi primer beso. No estoy segura de que él sea consciente de eso.
    
    En ese momento, abre la puerta una mujer y entramos.
    
    - Son 60 euros cuatro horas en la habitación. Por adelantado - noto que posa su mirada en mí.
    
    - De acuerdo - dice él y paga.
    
    Pero ella no se aparta.
    
    - ¿Cuántos años tiene la chica?
    
    - Dieciocho - suelto, sorprendiéndome a mí misma.
    
    Sin demasiada convicción, empieza a subir las escaleras y nosotros le seguimos hasta el último piso.
    
    - Esta es.
    
    Entro en la habitación. Está amueblada con una silla, una cama (de esas bajitas, sin patas) y un par de cómodas; una de ellas al lado de la cama y la otra en frente de la puerta. Encima del colchón hay un montón de peluches con forma de corazones de colores morados, rojos y rosas.
    
    Mientras que la mujer le da algunas indicaciones como en qué cajón encontrar toallas, yo me quito la mochila, dejándola encima de la silla y espero apoyada en la pared. Oigo pasos escaleras abajo y él entra cerrando la puerta tras de sí. Baja un poco la ...
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